A raíz de una sentencia por un caso que se centraba en las Islas Canarias, la Justicia resolvió que en las playas naturales de España los chiringuitos no pueden ser de obra, edificados. Así, el pasado 2017, el mismo año en el que el Parlament aprobó la declaración del nuevo Parc Natural des Trenc-Salobrar (cuyo ámbito de preservación implica a los municipios de Campos y ses Salines), se procedió al derribo de las construcciones de las playas de sa Ràpita (1), ses Covetes (2), es Trenc (2) y Els Estanys-es Coto (1). Y este verano de 2018 ya se han puesto en las mencionadas zonas de la costa campanera los nuevos chiringuitos desmontables. La división de opiniones por el diseño de estos quioscos es manifiesta.

Muchos ciudadanos consideran que son más respetuosos con el medio ambiente, si bien también hay mucha gente que critica su aspecto y cree que los de antes eran más auténticos.

Los nuevos chiringuitos, en base a los criterios y las condiciones establecidas por la conselleria de Medio Ambiente del Govern balear, ocupan una superfice de 20 metros cuadrados. Disponen de placas solares, alternadora silenciosa y baños químicos. A las 20 horas han de dejar de funcionar, no se permite la música ni el butano. En noviembre, retirados.

Ingresos para el Ayuntamiento

En la adjudicación inicial de los lotes de chiringuitos y hamacas y sombrillas, el ayuntamiento de Campos reconoció que se superaron las expectativas económicas, alcanzándose los 430.000 euros (contrato para este 2018 y 2019 más posibilidad de prórroga en 2020 y 2021). No obstante, hubo tres renuncias y al final la cantidad será de unos 400.000 al año.

Desde el Ayuntamiento también se discute el diseño de los nuevos chiringuitos y se lamenta la espectacular reducción de hamacas y sombrillas: se ha pasado de más de 1.000 a menos de 400, con un llamativo cero en es Trenc.

Muchos vecinos opinan que los quioscos "desentonan" y "nada tienen que ver con los de antes, que incluso causaban menor impacto visual y ofrecían buena comida de paellas, pescados, etc". Residentes y visitantes ya han bautizado a los quioscos palafíticos como "colomers" y "hórreos".

Otros aspectos del parque en el punto de mira: la acumulación de residuos (el alcalde declaró esta semana a la Cadena Ser-Mallorca que el Ayuntamiento no se responsabiliza, ya que la Conselleria acordó la limpieza con la Fundació Deixalles); la venta ambulante (frutas, bebidas, pareos, etc) y los masajes ilegales; la retirada indiscriminada de posidonia (con maquinaria pesada); la falta de más efectivos de vigilancia y control; el colapso de los accesos (en ses Covetes muy a menudo los trabajadores de la zona ORA han de poner una barrera al ocuparse todos los estacionamientos); el retraso del nuevo aparcamiento de coches previsto por el Govern en ses Covetes; los caros parkings privados de ses Arenes y del restaurante des Trenc, etc.

La nota artística del verano es el trabajo mural La vida a la posidònia que realizan Adrián Rubio y Yanina Fiorio en el parque infantil de la calle Xaloc, esquina con Cap d'Olla, de sa Ràpita. Una intervención previa a la Art Nit 2018 que se celebrará en Campos.