Las rissagues fueron ayer, sin duda alguna, el gran tema de conversación, coincidiendo justamente con la gran diada de la Mare de Déu del Carme, es decir, la patrona del mar y de los pescadores. Las extraordinarias oscilaciones del nivel del mar, en sitios como los puertos de Alcúdia y Andratx, Porto Cristo, Cala Bona, Portocolom y Colònia de Sant Jordi, provocaron que la sentida fiesta caída en pleno lunes tuviera un componente de expectación, temiendo en algunos casos por el desarrollo de las típicas procesiones marítimas, con embarcaciones engalanadas.

Asimismo, el trágico suceso acontecido por la tarde, sufrido por una familia alemana, en Cala Egos (Santanyí), también fue objeto de preocupación.

Al final, en la tarde-noche de ayer, surcaron el mar embarcaciones del Port d'Andratx, Cala Rajada, Cala Bona, Porto Cristo, Portocolom y Cala RajadaCala BonaPorto CristoPortocolomCala Figuera. En cambio, en la Colònia de Sant Jordi se decidió suspender la procesión al considerarse peligroso salir por el estado alterado del mar (oleaje).

Una de las imágenes de la jornada se vivió en el Port d'Andratx, con la presencia del obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, al festejarse el centenario e la parroquia (1918-2018). En la embarcación en la que iban autoridades políticas y Taltavull hubo algún que otro mareo.

En definitiva, un día con máxima precaución pero con los ingredientes de costumbre: misas, deporte, homenajes, premios, habaneras, conciertos, ron quemado, baile, artesanía, gastronomía y ambiente familiar.