Ni veinticuatro horas ha tardado el consistorio de Marratxí en reaccionar ante el anuncio del cierre de las instalaciones del cuartel de la Guardia Civil en es Pont d'Inca.

El comunicado firmado por un alto cargo de la Guardia Civil, solicitando el cierre de las instalaciones, situadas en la calle de Sant Llàtzer, de Es Pont d'Inca, y el traslado de sus unidades a la Central de Palma, aunque de manera provisional, ha cogido totalmente desprevenido al Ayuntamiento de Marratxí, el cual ha reaccionado expresando su disconformidad de forma casi inmediata.

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El primer teniente de alcalde, Miquel Cabot, se puso en contracto con la Delegación del Gobierno en cuanto supo de la noticia. Sostiene que en dicha institución se mostraron "muy sorprendidos" ya que no era una información pública sino una comunicación de carácter interno.

A pesar de ello, el consistorio se ha puesto en contacto con la comandancia de la Guardia Civil para tratar el tema y buscar una solución. Entre alguna de las sugeridas, una sería poner a disposición de la Benemérita una oficina en alguna de las dependencias municipales para evitar el traslado de los ciudadanos a Palma, para efectuar denuncias, que hasta la fecha podían realizar en es Pont d'Inca y, que de confirmarse el traslado, deberían desplazarse a la comandancia de Palma.

El consistorio de Marratxí, siendo alcalde José Ramón Bauzá y posteriormente Tomeu Oliver, ofreció a la comandancia de la Guardia Civil efectuar una reforma amplia en el actual cuartel de la Policía Local, para que en un solar anexo al mismo pudiera albergar un nuevo cuartel de la Guardia Civil. La propuesta quedó en el aire ya que la contestación por parte de la Delegación del Gobierno, era que no había presupuesto para realizar la nueva casa cuartel, la misma contestación que se ha dado al actual equipo de gobierno.