La fábrica fue cedida al Ayuntamiento para que creara un museo textil, de acuerdo con las prescripciones que estableció la hija ilustre Adela Oliver en su testamento. Pero el museo nunca llegó a ver la luz, por lo que el municipio tuvo que devolver el edificio a los herederos de Oliver. En el futuro la fábrica volverá a ser municipal tan pronto como el Jurado Provincial de Expropiación ponga precio a la compra que tendrá que hacer el ayuntamiento.