Los ayuntamientos constatan la dificultad de actuar contra la proliferación en verano de fiestas en fincas privadas de fora vila -ya sea en formato after hours, free parties o pool parties-, aunque remarcan que desde la administración municipal existen vías para poner freno a estos eventos que, en ocasiones, van más allá de una mera celebración entre amigos y tienen un fin lucrativo.

Esta posición la definió ayer el presidente de la Federación de Entidades Locales de Balears (Felib) y alcalde de Sencelles, Joan Carles Verd (El Pi), quien destacó que una de las maneras que tendrían los consistorios para poner coto a estas fiestas sería demostrar que existe una actividad económica que se ejerce sin las preceptivas licencias administrativas.

Así se pronunció en alusión a la información adelantada ayer por DIARIO de MALLORCAinformación adelantada ayer por DIARIO de MALLORCA, que recogía las quejas que han expresado en las últimas semanas vecinos de Consell por la música techno que sale día y noche del interior de una casa situada en los alrededores de la carretera que lleva a Alaró, a las puertas de la Serra de Tramuntana; un problema que también sufren otros municipios del interior de la isla. Verd, quien recordó que en Sencelles tuvieron un problema parecido hace unos cinco años, reconoció que "es difícil" acreditar la existencia de esa voluntad de lucro, ya que para entrar en esas fincas donde se están celebrando las fiestas y corroborarlo se precisa de una orden judicial. Los residentes se quejan de que este tipo de eventos no son una simple celebración privada, a diferencia de lo que suelen argumentar sus promotores.

Grupos de jóvenes

Esgrimen los vecinos que las entradas y las consumiciones se cobran, al tiempo que refieren que en algunos casos contratan hasta porteros de seguridad. Estas fiestas, además, se suelen montar en casas alquiladas por un fin de semana o unos días. Generalmente, los arrendatarios son grupos de jóvenes que convocan a los asistentes a través de WhatsApp.

Sobre el hecho de que las celebraciones se suelan realizar en fincas alquiladas, Verd enfatizóque el propietario no puede desentenderse de las actividades que lleven a cabo sus inquilinos. "El primer responsable es el propietario", indicó.

Otro de los caminos administrativos que mencionó el presidente de la Felib para combatir este fenómeno de discotecas domésticas en suelo rústico es el de las ordenanzas contra la contaminación acústica. Recordó en este sentido que, actualmente, los márgenes de limitación para suelo rústico acostumbran a ser más amplios que los aplicables en el casco urbano.