La intencionalidad en el modo de obrar acaba siendo determinante en muchas situaciones. En caso de pleito, se trata de buscar los vericuetos y los detalles de la ley para dar con el fin perseguido.
No queda duda alguna de que la familia March, como tantos otros propietarios por otro lado, se mantiene celosa de sus fincas y de que en Ternelles ve con malos ojos el uso público del camino que lleva a la costa. Sobran testimonios de ello en juzgados y despachos de la Administración. El último episodio conocido era el auto de marzo pasado que avalaba las autorizaciones de paso concedidas por el ayuntamiento de Pollença para llegar a Cala Castell y al Castell del Rei. Ahora se produce un nuevo vuelco.
A partir de un recurso de reposición planteado por la sociedad Menani S.A, administradora de Ternelles, el Tribunal Superior decreta la inmediata suspensión de la servidumbre de paso porque el PGOU de Pollença no se adapta al dominante Plan de Recursos Naturales de la Serra de Tramuntana. El alcalde reacciona diciendo que es una situación transitoria porque se ha comprobado que las visitas a Cala Castell no alteran a la población de buitres negros de la zona. La pugna legal seguirá hasta el último minuto con el último recurso posible y la apelación al derecho de paso y la protección natural. Lo dicho antes, la intencionalidad y el pulso legal se mantienen sin pensar que la solución puede estar en el término medio. O en la buena voluntad.
