Tanto la cooperativa local como las distintas empresas que comercializan el albaricoque en Porreres, auguran esta temporada un aumento en la recolección y la calidad. Tanto, que se prevé acumular unas 150 toneladas del fruto solamente en el municipio del Pla de Mallorca.

Durante años el albaricoque porrerenc fue un cultivo importante en la exportación local hacia Europa (sobre todo el fruto seco). En la segunda mitad del siglo XX los precios bajos y la afectación de varias plagas en los vegetales, fueron mermando mucho la superficie sembrada. Pero a través de las décadas y sobre todo gracias al impulso de la Cooperativa, se ha mantenido un esfuerzo constante para mantener el cultivo y mejorarlo.

Actualmente la superficie cultivada de albaricoqueros en el municipio es de unas 50 hectáreas, de las cuales la mitad corresponden a socios de la cooperativa. En cuanto a la producción, este año se estima que serán entre 140 y 150 las toneladas disponibles, de las que 70 u 80 serán comercializadas por la propia unión de agricultores.

Esta producción está distribuida en diversas variedades, cada una con características de cultivo y también organolépticas diferenciadas. Los distintos momentos de maduración del albaricoque permiten escalonar la producción y mantener de esta forma la presencia en el mercado durante más tiempo. Destacan, entre otros, el rojo, el temprano, modesto, el rojo de Carlet, canino, el galta roja valencià, murtó y galta roja.

El martes, el conseller de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, Vicenç Vidal, visitó la finca s'Olivar, para conocer de cerca la labor: "La Cooperativa de Porreres representa el pasado pero también el futuro del albaricoque, apostando por nuevas plantaciones, por dar un valor añadido con un producto tan nuestro como es el albaricoque. Realmente son ellos los que ha dinamizado y ha apostado por el futuro de este producto".

Por su parte, el presidente de la Cooperativa, Toni Martorell, ha querido lanzar un mensaje de cara a la ciudadanía para que consuman las diferentes variedades, ya que señala que, "se comenzó con la variedad canino, que ha llenado el mercado, pero ahora estamos en época del galta".

La cooperativa comercializa la producción de los socios de dos maneras diferenciadas: bien a través de los mayoristas de Mercapalma, o mediante la venta directa en la propia tienda. De todos modos, una pequeña parte de la producción se dedica a la elaboración de productos transformados o en derivados que permitan conseguir un valor añadido o llegar a más consumidores.

Así pues, el producto llega a transformarse en confituras de diferentes tipos y formatos, elaboradas específicamente para repostería, para consumo normal y ecológicas. Además, también existe la producción de albaricoque seco, o incluso un producto más refinado como puede ser el licor de albaricoques.