La finca del Hort des Correu de Manacor, junto a la rotonda de la salida de la ciudad en dirección hacia Porto Cristo, acogió ayer, domingo, el siempre singular ritual del paso de niños y niñas entre las ramas del vimer para curarse de sus hernias y evitar las temidas operaciones quirúrgicas.

Sobre las 6.20 horas se inició la mágica costumbre del día de Sant Joan que aprovecha las primeras luces del alba tras la noche más corta del año. Rayos purificadores que muchos vecinos aseguran que anualmente han sanado a jóvenes aquejados de hernias.

El Hort des Correu es propiedad de la conocida familia Servera, de las Coves del Drach. Bàrbara Sunyer, de 83 años, se ha dedicado a la explotación agrícola de la finca durante décadas. Y hay que reconocer precisamente la importancia de la familia Sureda-Sunyer de cara a la conservación de la emblemática tradición del vimer. Algunos años han llegado a pasar alrededor de 40 niños y niñas. Esta vez fueron 18. La superstición siempre está patente: el número 13 nunca se entrega.

Bàrbara Sunyer remarca: "Aquí han de venir creyendo en la posibilidad real de curación". Su hija, Sebastiana Sureda, y nieta, Sílvia Llull, tienen transmitida tan peculiar costumbre y son de hecho las encargadas actuales de fregar la savia de las ramas cortadas con las hernias (los puntos exactos de la dolencia). A veces en menos de diez días "hay padres que ya detectan cómo sus hijos se guarecen", si bien normalmente se confirman los resultados dentro de un mes, por Sant Jaume.

Antepasados de la familia Sureda-Sunyer ya llevaban a cabo tan curioso ritual. Bàrbara Sunyer apunta las indicaciones que les hizo en su momento un médico de Barcelona. Cabe aclarar que hay dos vimers protagonistas: uno del que se desconoce desde cuándo existe y el otro, de más de cuarenta años. El cuidado constante (regar, evitar insectos, etc.) resulta fundamental.

La implicación de padres y madres es también clave. Tras pasar desnudos los niños, proyectados los primeros rayos del alba, las ramas cortadas vuelven a ser unidas con hilo de rafia para finalmente cubrirse con barro de alfarero. Proceso ancestral cuyo 'fruto mágico' se desvelará en las próximas semanas. Si el corte ha vuelto a unirse querrá decir que el pequeño también habrá sanado.

En esta ocasión las familias procedieron de municipios como Manacor, Muro, Sant Llorenç, Vilafranca y ManacorMuroCampos, entre otros. Sin duda alguna, el día de Sant Joan con el sol que balla es un referente mágico, misterioso, una jornada donde volver a empezar, donde la luz sanadora inicia un nuevo camino en el que se puede apagar lo malo y encender un año natural repleto de buenos augurios coincidiendo con el estreno del verano. Muchos ciudadanos esperan que los árboles con famosas propiedades especiales presten siempre su auténtico poder.

Los bailes más peculiares

En la jornada de Sant Joan tampoco faltaron Sant Joan Pelós de Felanitx y Sant Joan y Sant Joan Pelut de FelanitxSant Llorenç des Cardassar. Sus peculiares bailes provocaron nuevamente admiración. No en vano, se trata de una figura de lo más singular, cuyos movimientos llaman poderosamente la atención del público.

En Felanitx el recorrido matinal se inició en la calle Santanyí. Se recaudó dinero (la voluntad) y se entregaron coloridos claveles. Y por la tarde y noche, turno de Sant Joan Pelut en Sant Llorenç y Sant Joan Pelós y es Corb de Sant Nofre en la localidad de Sant Joan.

En definitiva, un domingo de lo más especial que atrajo la curiosidad tanto de residentes como de turistas. Lució el sol, hizo calor y se comentaron otras inminentes y sentidas fiestas en la isla: Sant Pere y Sant Marçal