El pequeño municipio de Fornalutx, en plena Serra de Tramuntana, ya dispone de una herramienta legal para combatir el consumo de alcohol en la calle. La nueva ordenanza de medidas para regular la promoción, venta y consumo de bebidas alcohólicas entró en vigor el pasado sábado y contempla duras sanciones que oscilan entre los cien euros para una sanción leve y los 100.000 euros para una sanción muy grave a la que podrían enfrentarse los vendedores de alcohol que no dispongan del correspondiente título habilitante en materia de actividades.

La normativa compromete al Ayuntamiento a redactar un plan de control y prevención del consumo abusivo de alcohol revisable cada año, un documento que, entre otras medidas, contempla el impulso de programas para fomentar el civismo y la convivencia y la organización de campañas informativas sobre los efectos nocivos del alcohol y otras drogas, además de fomentar el transporte público y programas de ocio alternativo para los jóvenes.

La ordenanza parte de una prohibición clara: la venta y el suministro de alcohol en la vía pública, con la excepción de las terrazas autorizadas o los días de feria o fiestas populares.

Los establecimientos comerciales o de hostelería no podrán vender alcohol para ser consumido en la vía pública, mientras que la venta de bebidas en descampados, playas o merenderos deberá contar con una autorización.

Durante las fiestas populares, la venta de alcohol deberá ser autorizada por el Ayuntamiento. Además, los vendedores deberán justificar su participación en un curso sobre dispensación responsable de bebidas alcohólicas, no podrán vender alcohol a los menores de edad y deberán ofrecer agua a un precio más asequible que el resto de consumiciones.

En los espectáculos multitudinarios como conciertos, las bebidas deberán servirse en envases de plástico y en ningún caso en botellas o latas. Por otra parte, los vendedores tendrán que colocar un cartel visible informando sobre la licencia correspondiente y sobre la prohibición de vender alcohol a menores.

La ordenanza también limita la publicidad relacionada con el alcohol para proteger a los menores. Asimismo, prohíbe la promoción de bebidas etílicas en los locales municipales, transporte público, centros docentes o instalacones móviles, entre otros.

El consumo también queda prohibido en centros sanitarios y sociales, recintos deportivos, centros de asistencia a menores, centros educativos o locales de trabajo de las empresas de transporte. La venta de alcohol en quioscos o paradas de helados tampoco se permitirá. Asimismo, las máquinas expendedoras de bebidas deberán estar en el interior de los locales. La nueva normativa prohíbe a los locales comerciales vender alcohol entre las 24 y las 8 horas del día siguiente.

Al igual que otras normativas similares, el Ayuntamiento permitirá sustituir las sanciones de las infracciones leves por una intervención educativa o terapéutica.

El alcalde de Fornalutx, Antoni Aguiló (PP), explicó que el municipio no tiene problemas habituales de botellón más allá de las fiestas patronales del mes de septiembre, en las que sí es habitual el consumo de alcohol en la calle por parte de los jóvenes. La nueva ordenanza "permitirá al Consistorio disponer de una herramienta para sancionar estas prácticas, algo que no teníamos antes", añadió el regidor.