Coto a la presión del parque automovilístico sobre las postales turísticas de la Serra. Ante la congestión circulatoria que sufren puntos clave de la isla, las administraciones municipales han ideado en los últimos veranos un amplio abanico de recetas para evitar el ‘atasco vacacional’.

Prohibir el coche

El acceso al faro de Formentor estará limitado nueve horas

El caso más reciente se encuentra en el municipio de Pollença. Este verano estará limitado el acceso con coche al faro de Formentor de 9.30-10 a 19 horas. Así lo informó a principios de junio el alcalde Miquel Àngel March, tras mantener una reunión con el Govern, el Consell de Mallorca, el Consorcio de Carreteras y Autoritat Portuària de Balears.

La presión que sufre esta zona es severa. El mes de agosto de 2017, la arteria que lleva al hotel y al faro soportó una media diaria de más de 12.000 coches. Concretamente, 12.393, según la Intensidad Media Diaria (IMD) recogida por el Consell de Mallorca. La IMD en la carretera del hotel fue de 6.804 vehículos y, en la vía que conduce al faro, de 4.666.

Las limitaciones solo se aplicarán entre la playa y el faro de Formentor. De este modo, todos aquellos ciudadanos y turistas que quieran acceder a esta zona deberán utilizar el bus lanzadera que ha puesto en marcha el Govern.

Solo las bicicletas y los residentes en las zonas de Cala Murta y Cala Figuera contarán con una autorización especial para pasar por este tramo, según informaron recientemente las autoridades municipales.

Zona azul

Aplicación de la ORA como efecto disuasorio

La receta para regular la incesante afluencia de coches en verano (en 2017, el número de vehículos matriculados en Mallorca ascendía ya a 767.356, de forma que tocamos casi a uno por habitante) pasa en otros casos por introducir nuevas zonas de pago para el aparcamiento.

Ésa es la vía que anunció el año pasado el ayuntamiento de Escorca, con dos joyas naturales que son punto ineludible de paso para cualquier veraneante que llegue a la isla: Cala Tuent y el Port de sa Calobra. En ambos puntos se empezó a aplicar la ORA, una medida que fue acompañada de otra no menos trascendental para regular el tráfico: la fijación de un límite de 35 autocares al día en el núcleo costero de sa Calobra.

Unos autocares que, además, deben abonar una tasa previa de cinco euros. En el caso de que esos autobuses no paguen esa cantidad, se exponen a una sanción de 50 euros.

Cuando se presentó la medida, en marzo del año pasado, desde el Consistorio presidido por Antoni Solivellas se recordó que en los momentos punta de la temporada alta se podían llegar a acumular casi medio centenar de autocares en esta localidad costera contribuyendo a generar una gran sensación de masificación.

Los datos corroboran esa percepción. En agosto del año pasado, la media diaria de vehículos que pasaron por sa Calobra ascendió a 2.284, mientras que en julio esa cifra fue ligeramente inferior (1.960), según los datos proporcionados por el Consell de Mallorca.

Buses lanzadera

Adiós a llegar hasta la playa con tu propio coche

El extendido hábito de llegar con el vehículo propio hasta prácticamente la arena de la playa se está intentando modificar en puntos claves del litoral mallorquín, especialmente en la comarca del Llevant, en aras de la sostenibilidad de playas prácticamente vírgenes.

Para ello, el sistema de buses lanzadera se ha consolidado en los últimos años. Uno de los ejemplos más notorios es el de la línea que conecta el Club Náutico de sa Ràpita con Ses Covetes, a las puertas de es Trenc.

La pasada temporada, también empezó a aplicarse este sistema en Santanyí, para llegar hacia la zona de Cala s’Almonia, núcleo en el que también se encuentra el famoso Caló des Moro.

En este punto del litoral se establecieron restricciones para los vehículos que no sean de empadronados en el municipio. Se trata de una solución que llegaba después de los problemas de saturación que se registraban verano tras verano.

Otro de los municipios que tiene pensado sumarse a esta tendencia es Artà, que ha planteado implantar para este verano una línea de bus hasta el arenal virgen de Cala Torta, donde se ha limitado severamente el aparcamiento. En este caso, a diferencia de los anteriores, se trataría de una iniciativa exclusivamente municipal, sin la participación del Govern.