El ayuntamiento de Pollença ha anunciado que en los próximos días llevará a cabo “inspecciones exhaustivas” por parte de los servicios municipales para controlar el cumplimiento de la ordenanza de ocupación de la vía pública, lo que se traducirá en controles para comprobar que las terrazas de los establecimientos de restauración se ajustan a la normativa.

Al mismo tiempo, el consistorio ‘pollencí’ ha anunciado el inicio del proceso formal para la aprobación de una nueva ordenanza con el objetivo de que sustituya a la actual normativa, vigente desde el año 2002, que “ha quedado desfasada respecto a las actuales demandas, tanto por la presión de los locales como por las demandas ciudadanas de uso libre de la vía pública”, apunta la institución municipal, que añade que “la realidad del municipio ha cambiado en los últimos quince años”.

Mientras que lleva a cabo la tramitación para aprobar una nueva ordenanza, que según los plazos previstos podría ser una realidad el próximo mes de septiembre, el Consistorio ha tomado la decisión de “reforzar los controles” para que se respeten las licencias concedidas y no se realicen ocupaciones sin autorización. En este sentido, el regidor Tomeu Cifre Bennàssar (Junts Avançam) explica que algunas zonas del municipio “soportan mucha presión”, como es el caso de la primera línea del Port de Pollença, recientemente semipeatonalizada, o la Plaça Major de Pollença, entre otras plazas públicas del municipio. El Consistorio avisa que en estos espacios más sensibles se procederá a “precintar” y “retirar las ocupaciones ilegales o excesivas, ya sean de locales de restauración o de comercios que transporten mercancías”.

Cifre apunta que el objetivo del Ayuntamiento no es elaborar una ordenanza de ocupación de la vía pública más restrictiva que la actual, aunque sí pretende “cubrir los numerosos vacíos legales” que presenta la normativa vigente. Y añade que algunos espacios del municipio “no encajan bien” en la actual ordenanza, por lo que el Ayuntamiento redactará unos requisitos específicos para determinadas zonas como la primera línea del Moll o la Plaça Major, donde se priorizará un mayor espacio libre para facilitar el paso de los peatones. Cabe recordar que la primera línea del Moll abarca unos tres kilómetros de espacio semipeatonalizado que, según el regidor, “impulsa a ser utilizado por los negocios”, por lo que requiere de un “control” especial.

En la actualidad, el Ayuntamiento está concediendo las últimas autorizaciones del año para la ocupación de la vía pública, ya que “este año han abierto muchos locales”. La intención es que el próximo año ya se den licencias en base a la nueva ordenanza.