Nacida el 2 de junio de 1959 en Porto Cristo, la oncóloga Catalina Vadell llegó a la gerencia del Hospital de Manacor en octubre de 2012 tras una crisis abierta que afectaba de lleno a la dirección. Durante estos años ha sabido recomponer un proyecto lleno de ilusión y nuevos retos de futuro. Recibirá el galardón de Diario de Mallorca el próximo 28 de junio.

-¿Veinte años son muchos para un hospital?

-No son muchos pero ya son suficientes para saber que has alcanzado la mayoría de edad y saber quién eres y a dónde quieres ir. El hospital de Manacor ha alcanzado una madurez suficiente para aprender de los errores y reconocer nuestras muchas virtudes. El Plan Director para la reforma y ampliación del centro, supondrá un cambio importantísimo, sobre todo para los pacientes, para que estén en las mejores condiciones.

-¿El hospital de Manacor ya nació demasiado pequeño?

-Verá, nació dimensionado para la población de 1987 que es cuando toda la comarca pidió que el segundo centro hospitalario público de Mallorca se construyese en Manacor. El diseño todavía valía cuando se inauguró en 1997, pero también es cierto que en 2007 ya era pequeño para las necesidades de la zona. Fue entonces cuando en 2011 se programó un primer Plan Director, que se cayó por el camino por unas u otras circunstancias. Tal vez fuera mejor así.

-¿A qué se refiere?

-Soy optimista y pienso que, al final, si hemos tenido que esperar es por algo mejor. Aquel plan de 2011 era una propuesta de mínimos con la que quizá hoy ya tendríamos nuevos problemas. El nuevo que lleva ya a cabo la Conselleria le dará la vuelta completamente a este hospital, con un incremento de superficie de más del 70%. Aumentando las áreas ambulatorias tanto médicas como quirúrgicas, que es la sanidad del futuro. Antes los tratamientos oncológicos se realizaban con el paciente ingresado, por ejemplo; hoy en día ya no es así. Ahora el 60% de la actividad quirúrgica del centro es ambulatoria, con lo que el paciente puede dormir en casa, con la comodidad que supone.

-¿Todos los servicios crecerán por igual?

-Antes de empezar pedimos a los responsables de cada uno que nos dijeran las necesidades de cada áreas para los próximos 20 años. Absolutamente todos los servicios verán un cambio positivo. Aunque está claro que la zona de Urgencias, que es por la que se está empezando, era una de las más necesarias.

-Padecía una evidente falta de espacio. Hábleme de cifras

-Era un servicio saturado. Fíjese, cuando abrió el hospital en 1997 se previó un espacio para atender 80 urgencias diarias. Actualmente estamos en una media de 205 al día.

-¿Son más en verano?

- Sí, puede que influya y suban un poco, pero en realidad las urgencias en invierno son más complejas, puesto que en el 15% de los casos los pacientes deben ser ingresados. En verano ese porcentaje es menor, aunque llegamos a tener puntas de 240 y el pasado año alcanzamos el récord con 274 urgencias en una sola jornada. Aunque, como le decía, la mayoría no necesitan ingresar en planta ya que la complejidad es intermedia o baja.

-¿La plantilla actual es ajustada?

-En líneas generales sí. Actualmente y después de que hace unos años la plantilla creciera en 80 personas, estamos en 1.024 profesionales autorizados. Si tenemos en cuenta el cubrimiento de bajas o turnos, pueden llegar a ser unos 1.200.

-¿La ciudad de Manacor no necesita un segundo ambulatorio?

-Efectivamente, también es necesario por cuestiones de espacio. El situado en el barrio de Sa Torre se ha quedado pequeño y viejo. Está previsto que el nuevo sea de mayores dimensiones y adaptado como Punto de Atención Continuada (PAC) la 24 horas.

- ¿Y dónde quedará situado?

-Por lo que sé IBSalut está pendiente de que el Ayuntamiento le ceda unos terrenos.

-Volviendo al hospital; ¿Con el crecimiento se le añadirán las especialidades que le faltan?

-El hospital de Manacor está preparado para atender patologías especializadas, excepto algunas de muy alta complejidad. Y eso no va a cambiar. Somos un hospital comarcal que por ejemplo carecemos de cirugía cardiaca o torácica... pero es que no tenemos porqué tenerlas. Para eso ya hay un hospital de referencia.

-¿Cuáles son actualmente los pacientes potenciales que atiende este centro hospitalario?

-Tenemos un área de referencia que cubre a unas 140.000 personas de quince municipios distintos de la zona. En verano tal vez subamos hasta las 200.000.

-Usted empezó a dirigir este hospital en 2012; ¿Cuál ha sido su mejor y su peor momento en la gerencia?

-El día más triste fue sin duda cuando tuvimos que desalojar la cuarta planta por una inundación. Era domingo y yo estaba en Barcelona; recuerdo que el mismo día por la tarde llegué a Manacor para comprobar qué había pasado y empezar a trabajar para solucionarlo. La verdad es que hay que remarcar la extraordinaria implicación de la gente del hospital; muchos trabajadores vinieron a ver qué pasaba pese a que ese día tenían libre. Precisamente el día más feliz tiene que ver con ello, ya que fue el día del 20 aniversario del hospital cuando nos reunimos más de 700 personas, o sea, todos los profesionales que en esos momentos no estaban de guardia.

-¿Por qué hay tanto cariño espontáneo de los pacientes hacia el centro durante tantos años?

-Porque este ha sido un hospital muy luchado desde que hace 30 años hubo la multitudinaria manifestación. Tanto pacientes como profesionales lo quieren y eso es evidente que se nota... y es que la sensación que todo el mundo tuvo cuando se inauguró era la de estar creando un centro desde cero. Además, hay que tener en cuenta que muchos trabajadores son de la comarca, y que aquí por tanto es donde se atiende también a sus familias. La proximidad y el cariño hacen que la gente se sienta muy bien tratada.

-¿Y qué hacemos con la saturación de coches?, ¿Se ha agravado con las obras?

-Hace años que también se ha quedado muy pequeño. Hay que tener en cuenta que la actividad del centro se ha triplicado en dos décadas, pero el aparcamiento es el mismo. Está prevista una ampliación de 440 a 880 plazas. También creo que es necesario un mayor fomento del transporte público para llegar hasta el hospital, y de hecho ya se lo he trasladado a los alcaldes de los municipios de la comarca. Por otro lado, lo que sí me ha sorprendido ha sido la capacidad de adaptación de la gente con las obras, en el sentido de que tampoco se ha notado un especial incremento de los problemas de aparcamiento por ello.

-¿Qué pasa con el servicio de resonancia?

-Estamos esperando que los problemas administrativos se resuelvan pronto (esta misma semana ya se ha otorgado la concesión definitiva) para que las nuevas máquinas se instalen y puedan entrar en funcionamiento.

-¿Y con el de Radiología y las mamografías?

-El problema que tenemos es el de falta de radiólogos. De una plantilla autorizada de diez personas, hoy estamos en la mitad. Desde el primer momento que hemos tenido déficit, hemos derivado pacientes tanto a la Cruz Roja como a Sant Joan de Déu. El problema, es cierto, está focalizado en las mamografías; y es que las dos radiólogas especialistas que había se marcharon al mismo tiempo. En pocos meses la lista creció a 700 mamografías normales sin sospecha de malignidad y a 60 de preferentes. A fecha de hoy y gracias a las derivaciones, eso se ha reducido ya a 61 y tres respectivamente.