Un salón de juegos de Santa Ponça (Calvià) se enfrenta a una multa de hasta 450.000 euros e, incluso, al cierre del local por aceptar a menores en el interior del mismo. La Policía Local detectó a tres menores de 18 años que estaban jugando a la ruleta electrónica, motivo por el cual se denunció al propietario por una "infracción muy grave" a la Ley del juego y las apuestas de Balears.

Los agentes remitieron el acta de la infracción a la Dirección general de Comercio y Empresa de la conselleria de Trabajo, Comercio e Industria. Además de la multa económica, que puede oscilar entre los 30.001 y los 450.000 euros, la normativa contempla la posible clausura definitiva del establecimiento. El Consistorio intensificó los controles en este ámbito desde septiembre de 2017, cuando arrancó una campaña impulsada por la Comisión de Actividades. La Policía ha realizado un "seguimiento exhaustivo" de la actividad que se realiza en una docena de salones de apuestas, remarcaron fuentes municipales. El objetivo consiste en certificar que se adecuan a la normativa, sobre todo en lo referente al respeto a los horarios marcados por la normativa municipal (desde las 12 del mediodía a las cuatro de la madrugada) y a la prohibición de la entrada a menores.