¿Cómo valora su trabajo al frente de la concejalía de Medio Ambiente de Artà durante estos primeros tres años que llevamos de legislatura?

Artà es un municipio que ha apostado tradicionalmente por mantener el paisaje y el medio ambiente como unos de sus principales valores, con la intención de mantener intactas las posibilidades de desarrollos económicos diferenciados del turístico, y para poder ofrecer también un 'producto turístico' cuyos resultados sean mejor distribuibles o, al menos, no se concentren en muy pocas manos. Para que pueda llegar a amplios sectores de la población sin los efectos tradicionales de la 'balearización'.

¿Cuáles son esos efectos tradicionales?

Por ejemplo las grandes avalanchas de nuevos vecinos, que son inasumibles desde el punto de vista social, cultural, lingüístico, urbanístico, etc.

¿Por qué soluciones se ha empezado?

Se han impulsado varias mociones en favor de la protección de los valores territoriales, acompañadas de actuaciones 'ejemplificadoras' para comprometer a las instituciones supramunicipales. También en pro de una economía en favor de la producción 'kilómetro cero' y del ahorro de energía y del agua, sin depredar tanto, que han de repercutir en sostenibilidad medioambiental y económica: mantenimiento y ampliación de placas fotovoltaicas, actuaciones para la mejora del Ciclo del Agua, un tratamiento de proximidad de la fracción orgánica de residuos...

En este sentido cabe destacar también la delegación de la disciplina urbanística en suelo rústico en la agencia insular, la organización de formación agrícola forestal para personas en el paro mayores de 40 años, etc.

Uno de los principales objetivos de la legislatura se alcanzó por fin a principios de este año, con la contratación de una técnica de Medio Ambiente cuyo trabajo profundiza en estas líneas estratégicas, y agiliza las aplicaciones concretas necesarias para su desarrollo.

Un municipio con costa pero sin ningún ingreso por ello. ¿Cómo se hace para mantener ese litoral protegido y en condiciones?

A base de la convicción estratégica municipal que le apuntaba, muy mayoritaria políticamente, y del esfuerzo voluntario y ejemplar, tanto del Ayuntamiento como de la población, que tiene en gran estima el propio territorio y muy especialmente el litoral. Se procura no implementar servicios en la costa.

¿Cómo?

Por ejemplo, igual que donde no hay chiringuitos no hay una fuente importante de residuos, la no existencia de puntos de recogida de residuos en las playas evita 'efectos llamada' de basura en puntos concretos y de difícil acceso, e incide positivamente en la conducta de muchos de sus usuarios: ellos mismos se llevan los residuos que han generado e incluso muchos, al volver, se llevan algún residuo que haya dejado alguien o de los que constantemente saca el mar. Hay recogidas puntuales y periódicas, municipales, o alguna campaña del GovernGover, y también coordinamos jornadas de limpieza con voluntariado. Principalmente se cuenta con el hecho de que las personas que vienen a visitar nuestra costa lo hacen buscando naturaleza, calidad ambiental y actuan con bastante respeto.

Desde fuera da la sensación de que la conselleria de Medio Ambiente pasa de Artà. ¿Usted qué cree?

Artà ha apostado y apuesta por mantener, ampliar e intensificar el cuidado de los espacios naturales protegidos del término. Posiblemente no se trata tanto de que la Consellería "pase de Artà" (no lo queremos creer así) porque no gobiernen los suyos (Independents d'Artà), sino que estratégicamente el Govern no ha dado a los espacios naturales protegidos la prioridad que entendemos que merecen, a escala de país. Es quizá por ello que Artà no está encontrando el acompañamiento que merece y, lamentablemente, parece un verso suelto.

¿De qué forma puede ayudar el Govern?, ¿Económicamente, administrativamente, o cumpliendo con lo ya pactado?

En muchas ocasiones bastaría con que se cumplieran las leyes y las normativas, y que mantengan sus propias instalaciones, señales, etc.. Muchas de las actuaciones, gastos y esfuerzos que llevamos a cabo desde el ayuntamiento de Artà, son parches ante la falta de actuación de las administraciones supramunicipales competentes.

¿Cómo en Cala Torta?

En la zona de Cala Torta, por ejemplo, tienen diferentes competencias y obligaciones legales hasta cinco administraciones u organismos públicos supramunicipales, según la ley ; pero ha sido el Ayuntamiento el que, ante la omisión del deber de esas administraciones, ha redactado diferentes planes y proyectos, ejecutado actuaciones... Parece mentira, porque Govern, Estado, etc., son los que luego más promoción turística del municipio hacen para dar una imagen más natural de Balears...

¿El Parc Natural de Llevant tiene futuro en la situación actual?

Por supuesto. Esperamos que algún día haya un Govern que entienda que es la punta de lanza para un desarrollo sostenible, económico, social y medioambiental, para Artà y para la comarca. Ejemplos como el de la Garrotxa, con un 98% de Parque Natural en propiedades privadas, demuestran el acierto de estas figuras: mejor PIB con respecto a las comarcas vecinas, menor tasa de paro, tasas más altas de estudiantes universitarios... Van más lentos, para llegar más lejos y mejor.

¿Por qué los caballistas no entienden que no pueden transitar por mitad de una playa, como pasa en sa Canova?

No quieren entender. Niegan la evidencia científica y empírica que cualquiera puede comprobar. El paso de tantos caballos ablanda de tal manera la arena, que las personas que quieren recorrer el camino salen de él, con lo que se erosionan los lados de fuera del camino, ensanchando la zona degradada en medio del sistema dunar.

Les han criticado duramente...

Se nos ha enfrentado especialmente una asociación que parece más preocupada por defender, en el caso del sistema dunar de Sa Canova, uno de los mejor conservados de la isla, los intereses de una empresa de excursiones a caballo sin permiso, que los de los caballistas que realmente solo pretenden ir de vez en cuando intentando perjudicar lo menos posible al sistema. Estamos pendientes de que demarcación de Costas y la Conselleria proponga un itinerario diferente al actual para el paso entre Son Serra de Marina y la urbanización de s'Estanyols'Estanyo, ya en nuestro municipio.

¿Cala Torta es el principio de un plan de autoprotección local más amplio?

Es una actuación más en ese sentido, sí; pero no la primera. Lamentablemente, con demasiada frecuencia el Ayuntamiento debe actuar, como le decía, en solitario, ante actuaciones y prácticas depredadoras que vienen de fuera. La mencionada empresa de las excursiones a caballo por sa Canova es de Santa Margalidaallí mismo, el propio consistorio promocionó un chiringuito de playa en territorio artanenc; las expediciones de quads y vehículos 4x4 que arrasan las calas vírgenes e invaden todo el municipio vienen de Cala Millor; el ayuntamiento de Capdepera invadió territorio municipal señalizando una ruta cicloturística sin permiso de Artà ni del Consell... Tenemos la impresión de que los municipios de nuestro entorno y sus empresarios turísticos, que no han hecho esfuerzos de conservación ni parece que los quieran hacer, no tienen ningún reparo en 'vender' como propio el jardín de la comarca que es Artà.

Ahí debería entrar el Govern

Ahí es donde quisiéramos ver a un Govern haciendo esfuerzos especiales de discriminación positiva, a partir del reconocimiento consecuente de la voluntad conservacionista y para la sostenibilidad de nuestro municipio.

¿De qué manera cree usted que afecta el alquiler turístico a los distintos núcleos 'artanencs'? Es realmente una amenaza?

Es un factor real de subida de precios del alquiler normal, ya existente y analizado académicamente en diferentes estudios. De manera incomprensible, la zonificación del Consell de Mallorca no contempla como 'saturada' ninguna de las urbanizaciones ni núcleos urbanos ni suelo rústico y, si bien la situación no es la de Pollença, estamos en camino de llegar a la misma, con más de 3.000 plazas ya existentes.

Nosotros (Alternativa per Artà) hemos hecho alegaciones a la zonificación para que no se pueda añadir más oferta a la existente en los núcleos urbanos de Artà ni de la Colònia de Sant Pere. Además, desde el gobierno municipal se exploran líneas de actuación para aumentar la oferta pública residencial.

¿Es suficiente la vivienda social disponible hoy en día en el municipio?

No, y pretendemos aumentarla. Podría llegar a ser una oferta que compense a la del mercado libre, equilibrando los precios.

Lamentamos por otra parte que no se haya materializado la entrega al Govern de algunas viviendas vacías de la SAREB, conocida como el banco malo, que salvó entidades bancarias asumiendo sus stocks de viviendas, y que, al parecer, desgraciadamente llegaron a ser un producto tóxico. Es muy de lamentar que en este país se haya mercantilizado hasta tal punto con la vivienda, transformándola en un producto de especulación, cuando es un derecho fundamental de todo ciudadano y ciudadana.