El grupo de investigación en Biología de las Plantas en Condiciones Mediterráneas de la Universitat de les Illes Balears (UIB), el Instituto de Investigación Agroambiental y de Economía del Agua y la empresa Agroilla, participan en el proyecto europeo TOMRES, cuyo objetivo es el de mejorar el cultivo de tomate y reducir el impacto ambiental de la actividad agrícola. El proyecto, iniciado en 2017, evalúa el efecto que tiene el cultivo con la mitad de agua y nutrientes sobre 250 variedades de tomate de todo el mundo, cultivadas en exterior en la finca agrícola experimental que tiene Agroilla en Ariany.

En la última reunión del TOMRES que tuvo lugar en Ljubljana (Eslovenia) en marzo de 2018, se utilizaron los datos producidos por la UIB para seleccionar las cuarenta variedades con más resistencia al estrés hídrico y de nutrientes; es decir, las menos afectadas por estas restricciones en el cultivo.

Una lista que está siendo utilizada por el resto de integrantes del proyecto (hasta 25 instituciones de investigación de toda Europa) para proseguir en la investigación que permita alcanzar en un futuro próximo, un mejor tomate con un sistema de cultivo más eficiente. Cinco variedades diferentes de tomate de ramellet se encuentran en este top 40, lo que demuestra la selección ancestral que se hizo en Balears para adaptar este tomate local a las difíciles condiciones de cultivo de los siglos pasados.

El experimento que este año llevan a cabo conjuntamente los investigadores del Plantmed y Agroilla en los invernaderos de Ariany, evalúa dos variedades de tomate de ramellet, injertadas sobre dos pies comerciales frecuentemente utilizados. Así las compara con las mismas variedades no injertadas y también injertadas sobre sí mismas. Todas estas combinaciones crecen en sacos de fibra de coco, y se cultivan en dos condiciones diferentes: condiciones control, siguiendo las dosis de agua y nutrientes utilizadas para la producción profesional, y en condiciones de déficit hídrico y de nutrientes.

Las condiciones de cultivo de este año permiten realizar un control exhaustivo del consumo de agua y nutrientes de las plantas. Aparte de evaluar los parámetros agronómicos como producción, calibre, afectaciones por deficiencias, etc.