Domingo por la mañana en la costa de Mallorca. Un día soleado y apacible para descansar y disfrutar de la naturaleza junto al mar, hasta que la música a todo volumen que llega desde las golondrinas que pasean a turistas termina con la paz del paisaje.

"Esta barbaridad es lo que se escucha desde Portals Vells. ¿Seguro que esto es lo que queremos para nuestra isla de la calma?", denuncian en las redes quienes ven interrumpida su jornada de descanso por culpa de los altos decibelios de la música en las cubiertas de los barcos.

Las denominadas ´party boats´ están prohibidas desde la medianoche hasta las nueve de la mañana en toda la bahía, una normativa que pretende acabar con dichas molestias y por las que se puede sancionar a los infractores. También en Calvià se multa a las discotecas ambulantes en alta mar para que "las excursiones marítimas vuelvan a ser lo que eran y no un problema de convivencia".

Estas medidas parecen insuficientes a muchos residentes que reclaman más control sobre los ruidos excesivos "que alteran la paz y la tranquilidad del entorno" durante el día.