El pleno de Binissalem debatió ayer un cambio en la normativa sobre la aplicación de sanciones por consumo y tenencia de drogas. El cambio se refiere a las sanciones que se pueden imponer a menores.

Andreu Villalonga, teniente de alcalde, explica que "se refiere principalmente a drogas blandas. Lo que ocurre es que en la actualidad, cuando se impone una multa acaban pagándola los padres y eso elimina el aspecto educativo que debería imperar". Por esa razón, el consistorio estima que es mejor, de acuerdo con los padres, que en lugar de una multa económica se conmute por una serie de trabajos comunitarios. También se sustituirá por la asistencia a cursos sobre los efectos perniciosos de las drogas.

El programa se llevará a cabo a través de Servicios Sociales en colaboración con el Policía Tutor.

Villalonga explica que "no es que Binissalem tenga un tráfico y consumo mayor que otros municipios, sino de prevenir especialmente éste entre los más jóvenes".

El programa no representa un coste adicional para las arcas municipales puesto que se llevará a cabo con los propios técnicos, aunque se verá si para un futuro se necesita más personal.