Demarcación de Costas en Balears ha ordenado al ayuntamiento de Calvià frenar las obras que se estaban desarrollando en la zona de dominio marítimo-terrestre de la Calita de Portals Nous; una reforma que había originado las críticas de los vecinos, de la oposición municipal y de organizaciones ecologistas como el GOB, por el gran impacto visual que habían ocasionado en este entorno tranquilo y residencial.

La paralización se produce en un momento en que la remodelación se encuentra en un estado muy avanzado. De hecho, ayer, el Ayuntamiento, al ser consultado por este diario, señaló que las obras ya están finalizadas "al 90%", al menos en lo que concierne a la zona marítimo-terrestre, donde se han hecho trabajos de contención del talud y en el acceso a la playa.

Por lo que hace referencia al resto del proyecto, que afecta a la plaza de España, la obra seguirá su "curso normal", agregaron en el Consistorio calvianer.

La administración municipal defiende que la remodelación del entorno de este pequeño arenal, frecuentado sobre todo por residentes de la zona, no ha supuesto un incremento de la ocupación y así lo ha alegado ante Costas.

Considera también el Ayuntamiento que el objetivo de la paralización pasa por "definir adecuadamente" la reordenación del ámbito de dominio marítimo-terrestre. Otro de los argumentos que ha esgrimido el gobierno municipal dirigido por Alfonso Rodríguez Badal (PSOE) pone el foco en la necesidad de realizar estas obras de contención de los taludes "por motivos de seguridad".

El mes pasado, la organización ecologista GOB ya denunció ante Costas lo que consideraba una "fuerte agresión" paisajística. La entidad sostuvo que eran unos trabajos que no estaban "amparados por la preceptiva concesión administrativa, tal y como ordena el artículo 64.1 de la Ley de Costas". Por eso, solicitaron la "inmediata paralización de estas obras y la restitución de los terrenos a su estado natural anterior".

En aquel momento, el GOB recordó la reivindicación que ha mantenido en los últimos tiempos contra la "degradación y privatización" de la Calita; un entorno en el que, en los últimos años, se ha desarrollado la reforma del antiguo Aguamarina (el actual Iberostar Grand Hotel Portals Nous).

Vecinos de la zona se han mostrado asimismo muy beligerantes contra la reordenación emprendida, al entender que atentaba contra la fisonomía de un arenal muy familiar y singular, en un litoral ya excesivamente sobrecargado de megaconstrucciones.