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Lletra menuda

La irreparable tala del descuido y el olvido

Acostumbrados sin más a recoger sus frutos, cobijarnos bajo su sombra, admirar la belleza que aportan al paisaje y respirar el aire que purifican, apenas prestamos atención a los árboles. No digamos ya cuidarlos y protegerlos. Somos así de rutinarios y desagradecidos.

Los árboles suelen caer y secarse víctimas del olvido o el aprovechamiento y el oportunismo. Con un ja està fet se desbroza el estorbo y despeja el paisaje para una nueva construcción. No hay rebrote milagroso ni reparación posible. No se riega la semilla del cuidado de los árboles singulares con valor patrimonial. No todas las plagas se llaman xylella fastidiosa o picudo rojo.

Que, ni aún con una ley de protección aprobada en 1991, 30 municipios de Mallorca no hayan incorporado elemento alguno al Catálogo de Árboles Singulares, refleja cuanta maleza de descuido y falta de sensibilidad invade y contamina un patrimonio vivo y especialmente significativo. Los pueblos y las gentes, fora vila y Ciutat es también los árboles que le dan vida y carácter y le arraigan en sus antecedentes históricos.

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