Aunque en la mayoría de ocasiones parezca imposible y se actúe en sentido contrario, la salvaguarda de la propiedad privada no tiene por qué estar reñida con el disfrute del patrimonio histórico con interés y valor público. Ambos conceptos, reflejo de derechos consagrados en la legislación de los estados modernos, pueden convivir de forma armoniosa generando beneficios recíprocos y no solo económicos. La actitud y trayectoria de Llucia Fiol es el fiel reflejo de esta posibilidad.
A la propietaria de Capocorb Vell le ha llegado la edad de la jubilación. Sin embargo, dice que aguantará mientras pueda en su trabajo y voluntad de mantener abierto al público el apreciado conjunto prehistórico que forma parte de su patrimonio privado y a la vez constituye un incuestionable bien público. Es más, de sus palabras se deduce que procurará que sus herederos mantengan la misma actitud que ella. Faltan Llucias Fiol en Mallorca.