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Entrevista

Paul Faurie: "Alemania y Luxemburgo compran el 40% de nuestros vinos"

Este empresario con casa en Portals se embarcó en el mundo vinícola combinando inversión y pasión

Paul Faurie posa con un lote de vinos de la bodega. joan florit

¿Cómo empezó la bodega de Son Campaner?

Yo me incorporé a la empresa en el mes de marzo del año pasado pero aquí hay vid sembrada desde el año 2000. Esta finca, Son Campaner, era propiedad de un médico que se la vendió al actual propietario hace unos 7 años. Las instalaciones de producción estaban antes en un local del polígono industrial de Binissalem pero hace tres años construimos aquí un nuevo edificio y ahora ya estamos radicados enteramente donde tenemos los viñedos, a las afueras de Sencelles.

¿Qué tipos de vid cultivan?

Aquí tenemos cuatro hectáreas y media de vid de las variedades de uva negra. Tenemos cabernet sauvignon, syrah, merlot y mantonegro, que es la autóctona de esta zona y una de las que cultivamos en mayor cantidad. También tenemos 7.000 metros cuadrados más de viñedos con cepas que producen uva blanca como chardonnay y macabeo.

Son un equipo multifuncional...

Sí, es verdad y también multidisciplinar. Yo soy francés de formación económica y provengo del mundo del marketing. Julia Lorenzen, nuestra enóloga, es alemana. Dimitri Dimitar es búlgaro y un todoterreno que se encarga principalmente de los trabajos agrícolas.

Se trata de una bodega aún poco conocida, ¿es así?

Sí, llevamos pocos años de producción. Por el hecho de ser multiculturales seguramente existe la tendencia a relacionarnos más con una clientela de origen alemán que con la de aquí. De todas maneras formamos parte de la Associació dels Petits Cellers, producimos según las normas de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Vi de la Terra - Mallorca y también estamos en relaciones con la Denominación de Origen Pla i Llevant de Mallorca.

¿Qué producción tienen?

Solemos sacar al mercado unas 40.000 botellas anuales, aunque esto puede variar de un año a otro en función de la vendimia. De nuestra producción, en términos generales, un 60 por ciento se vende a clientes radicados en Mallorca y el restante cuarenta por ciento se exporta a Europa, principalmente a Alemania y un poco a Luxemburgo.

¿Cómo es el prototipo de cliente que compra sus vinos?

Nuestros clientes son principalmente establecimentos de restauración, negocios de gastronomía dirigidos a un público de alto nivel. Servimos a restaurantes y hoteles de mucho prestigio como por ejemplo los locales del conocido cocinero Andreu Genestra, el hotel Cap Rocat, el restaurante Es Pati de Sant Llorenç des Cardassar, etc. También vendemos mucha producción aquí mismo, en la bodega a clientes que se paran y encargan vino. Aunque sea de gran calidad no puede calificarse de un vino caro, con una media por botella que puede rondar unos 11,5 euros.

¿Cómo son sus caldos?

Son Campaner hasta ahora se ha creado una fama por nuestros vinos jóvenes. Nos interesa hacer un vino no muy cargado en alcohol, aunque depende de cada cosecha. Los vinos que producimos tienen en común que son muy apropiados para tomar durante el verano, con acidez, con mineralidad, se beben fácilmente. Este tipo de vino es el que gusta mucho a los clientes del norte de Europa.

¿Qué vinos comercializan?

Ahora tenemos en el mercado dos blancos, uno de ellos comercializado bajo el nombre de Blanc de Blancs, elaborado solamente con uvas blancas; y el Pálido, fabricado con uva negra. Tenemos un rosado llamado Blanc de Negres. De vino tinto comercializamos hasta tres tipos: Athos, Terra Rossa y el monovarietal Merlot.

Son nombres algo curiosos...

Sí, son nombres elegidos por el propietario o por el anterior enólogo Stefan Winterling y hacen casi siempre referencia a tipos de variedades de vid usadas. Athos que es una referencia a Grecia y el nombre de Terra Rossa deriva del color intenso de la tierra donde se emplazan nuestros viñedos.

Además de vino, ¿comercializan otras bebidas?

Sí, además de vino tenemos el Gin Eva que es un proyecto personal del anterior enólogo que tiene los alambiques en Llucmajor. También ofrecemos un licor, tipo grapa, un destilado elaborado en Llucmajor pero con nuestros hollejos de la variedad mantonegro. Lo hemos bautizado con el nombre de Claro y se vende a 25 euros.

¿Cómo se dan a conocer?

Participamos en ferias especializadas que dan en Mallorca como la de Pollença o la de Son Servera. También cada año vamos a la Nit del Vi que se celebra en el patio de la Misericòrdia. Por otra parte, una actividad que ha resultado ser todo un éxito es que ofrecemos la posibilidad de hacer una visita a nuestras instalaciones. Tenemos el servicio de visita con degustación y esto hace que muchos clientes vengan a hacer una visita a la bodega, los viñedos, a ver cómo elaboramos los vinos, y después pueden encargar una comanda. Funcionamos muy bien con el negocio dirigido a turistas y residentes extranjeros que vienen de visita y después encargan comanda para que se la sirvamos directamente en su casa, en Alemania. Como el propietario tiene una empresa de transporte allí, esto lo tenemos muy bien organizado. Para los compradores es de una gran comodidad y siempre a unos precios muy competitivos.

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