La destrucción de la duna de Cala Llombards envuelve una serie de despropósitos y contrasentidos. Vecinos advirtieron inicialmente del presunto delito medioambiental a través de redes sociales, luego el grupo ecologista GOB hizo un comunicado, los medios de comunicación se hicieron eco, el ayuntamiento de Santanyí se defendió y ahora resulta que un equipo de rodaje trabaja en la misma playa. El consistorio y la empresa municipal encargada de la limpieza se refieren a un “fallo personal” de un operario, que habría arrasado con la duna de unos 300 m2 que estaba protegida por una directiva medioambiental debido a unas especies vegetales concretas. Sinceramente, uno tiene la impresión de que aquí algo no cuadra, alguien puede que no diga toda la verdad... Resulta sospechoso que pocos días después de la limpieza-destrucción acuda un equipo de rodaje... Sea como fuere, una vez más el maltratado paisaje y frágil territorio natural de Mallorca se han visto perjudicados y con toda probabilidad no habrá dimisiones. Cualquier trabajador puede cometer fallos, claro está, pero la clase política debería dar ejemplo enseguida.
¿Habrá también lavado de cara en Cala Figuera?
En redes sociales, las imágenes de la demolición del Hotel Porto Petro están causando sensación. Tanta, que mucha gente reivindica que en Cala Figuera también se proceda a rehabilitar o derribar de una vez por todas inmuebles obsoletos que dañan la imagen y, además, generan suciedad y suponen graves riesgos.
Pantalla publicitaria sensible
Instalada en sa Bassa de Manacor, ayer incluso se adhirió públicamente a la huelga feminista del 8M.
