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Medio ambiente

Una patrulla para limpiar la Serra 

El proyecto de inserción laboral se enmarca en una iniciativa para favorecer las condiciones de los parados de mayor edad

Los cuatro miembros de la brigada de ´Camineres de Tramuntana´. b. font

Tres mujeres y un hombre forman 'Camineres de Tramuntana', un proyecto de ocupación laboral que se está llevando a cabo en los municipios de Valldemossa, Bunyola, Puigpunyent, Banyalbufar, Sóller y Escorca. Tiene como fin limpiar y hacer transitables caminos públicos de la Serra y se enmarca en el programa Visibles, creado para favorecer las condiciones sociolaborales de las personas con mayor edad sin trabajo y, por lo tanto, con más dificultades para su reinserción laboral. Su tarea empezó el pasado 23 de octubre en Valldemossa y terminará el 12 de abril en Escorca.

Ana Báez es la agente de ocupación y desarrollo local de Banyalbufar, Valldemossa y Puigpunyent, y ha sido la encargada de realizar el seguimiento de su trabajo en estos municipios. Explica que la prioridad de este proyecto es favorecer la ocupación y reinserción de las personas con más edad que se encuentran en situación de paro de larga duración. Durante el programa también se les facilitan herramientas para encontrar un nuevo trabajo. "Por ello, no solo se dedican a limpiar los senderos, sino que asisten a sesiones orientativas y formativas, como cursos de idiomas, de informática y consejos para encontrar trabajo", puntualiza Báez.

La iniciativa, financiada con fondo del Servei d'Orientació de les Illes Balears (SOIB) mediante Conferència Sectorial de Ocupación y Asuntos Laborales, tiene un presupuesto de 42.384 euros. En un principio, la convocatoria de 'Camineres de Tramuntana' establecía que fueran cuatro mujeres las que integraran esta patrulla, "pero fue imposible encontrar una mujer capataz con experiencia en trabajos forestales, por lo que se tuvo que optar por un hombre", explica Báez. Pero este hecho no ha sido la única dificultad que ha tenido que superar el programa ya que una de las seleccionadas se puso de baja el primer día de trabajo y todavía se encuentra mal.

Pese a ello, las personas seleccionadas para el proyecto han llevado a cabo numerosas tareas de mantenimiento y ya han pasado por cuatro de los seis pueblos donde tienen tareas asignadas. De hecho, esta semana finalizaron su trabajo en Banyalbufar, concretamente en el Camí del Rafal, donde unos turistas ingleses, procedentes de Estellencs. "Hace años que venimos a Mallorca para pasar un mes de desconexión, por ello agradecemos el trabajo que estáis haciendo", comentaron.

La patrulla uno a uno

Arminda Amoedo es una de las 'camineres' y explica que palabras como las de estos visitantes ingleses y otras que les dedica la gente que las ve trabajando son una gran satisfacción.

Ella tiene 60 años recién cumplidos y lleva desde 2007 en paro. Anteriormente había trabajado como recepcionista de hotel y camarera de pisos, pero ese mismo año se quedó sin trabajo. En aquel entonces hacía de comercial en 'Trueque', el periódico en papel de anuncios de segunda mano que tuvo que cerrar por la crisis económica y las nuevas plataformas de este sector en Internet.

Arminda explica que ha estado 10 años sin poder trabajar: "Solo me ofrecían trabajos de comercial, sin un sueldo, en los que tenía que poner el coche, sin ninguna remuneración y sin pagarme la gasolina; solo ganaba dinero si facturaba".

Sin ofertas de trabajo serias, vivió dos años con la paga del paro y después consiguió sobrevivir con la pequeña ayuda que se ofrece a los parados de larga duración, que en aquel entonces se podía conseguir con 52 años. "Con este proyecto estoy muy contenta -afirma- porque ganamos dinero, nos formamos y nuestro trabajo repercute a todos, pese a que es agotador físicamente".

En una situación muy similar se encontraba Patricia Castro, quien ahora tiene 55 años. Su vida dio un cambio en 2010, cuando tuvo un grave accidente de tráfico, por el que tuvo que dejar de trabajar. Hasta el pasado mes de octubre, no había conseguido ninguna otra ocupación. Durante todo este tiempo no lo ha tenido nada fácil y explica que ha podido sobrevivir gracias a la ayuda familiar y de algunos "apaños" que le daban lo mínimo para poder subsistir. Ahora, gracias a este proyecto, dice que empezará clases de inglés y de catalán, y que también ha empezado a asistir a clases de informática.

Francisco Jiménez es el capataz. Tanto Arminda como Patricia hablan muy bien de él como superior. Junta a ellas se arremanga y quita hierbas como el que más, aunque sea el jefe de la patrulla. Su vida ha estado ligada a las tareas forestales. Comenta que ha dedicado sus 34 años laborales cotizando en este mismo oficio. "Este trabajo es más sencillo que el que hacía como forestal, ya que antes tenía que cortar leña, podar árboles...".

Actualmente tiene 58 años y desde 2014 no encuentra trabajo. En ese año estaba empleado en Can Just, pero la crisis le afectó por el recorte de personal. Ahora afronta con esperanza este proyecto y espera que, al finalizar los dos meses que les quedan de contrato, tanto él como Arminda y Patricia encuentren un nuevo trabajo con el que ser felices y ganarse la vida hasta su jubilación.

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