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Transporte público

Cuando el tren se hacía querer, y oír, en Porreres

Los vecinos reivindican la rehabilitación de la abandonada estación para actos socioculturales

El pasado 30 de diciembre de 2017 se cumplieron 50 años del cierre de la línea de ferrocarril que unía Palma con Felanitx pasando por FelanitxPorreres.

La profesora de Historia, Maria Antònia Nicolau Rosselló, durante todo el año hizo nuevas aportaciones a una historia que se inició en 1897 con la llegada del primer convoy, que fue recibido por las autoridades civiles y eclesiásticas del momento, la Filharmònica Porrerenca y la mayoría de la población y que finalizó sin apenas hacer ruido el 30 de diciembre de 1967 con el paso del último tren en dirección a Palma.

Hoy son pocos los restos de la línea que quedan, ya que a finales de 1968 ya estaba prácticamente desmantelada y los terrenos fueron vendidos hasta el 1971. Los restos que quedan de lo que supuso un gran avance para Porreres, según explica la profesora Nicolau en su comunicación de las VI Jornades d'Estudis Locals de Porreres, y que pronto serán publicadas, son el edificio de la estación, tapiado y en terrenos particulares, el nombre de la Ronda de l'Estació y muchos recuerdos en la mente de todos aquellos que convivieron con el paso del tren por Porreres.

Nicolau apunta hacia el Plan de Estabilización de 1959 como la primera causa del cierre de la línea ya que con dicha reforma económica del gobierno franquista empezó a no realizar las inversiones necesarias para el mantenimiento de la línea, a lo que años más tarde se le uniría la disminución de usuarios, la línea en 1964 contaba con unos 25.000 pasajeros. Los antiguos usuarios se habían decantado por la utilización del transporte vía carretera que era más rápido.

Transporte de mercancías

Durante los 70 años en los que operó la línea férrea, esta servía para el transporte de mercancías entre las distintas estaciones, el correo, la paquetería, pero se convirtió en un fenómeno social ya que muchos eran los que salían a pasear por los caminos paralelos que tenían las vías del tren. Era muy habitual salir a ver pasar el convoy y los trabajadores que estaban realizando sus trabajos en el campo tenían así una señal que les indicaba la hora del día sin necesidad de llevar reloj alguno.

Durante la última conferencia de la profesora Nicolau, sobre la temática, celebrada en el marco de las Lliçons que organiza la Agrupació Cultural de Porreres, se abordó la necesidad de hablar con los actuales propietarios del edificio y terrenos colindantes a la estación de pasajeros del tren para su adecentamiento y una posible utilización del edificio para actos socioculturales.

Por otra parte se reivindicó la reconstrucción de la barraquetaque controlaba la circulación en la zona del Pou Nou cuando pasaba el tren, colocando unas cadenas que impedían el paso a los vehículos y peatones hasta que el tren hubiera superado el paso a nivel. Dicha construcción fue desmontada cuando se realizaron las obras de las rondas y fueron depositadas en el almacén municipal. En la actualidad los restos se encuentran amontonados en la finca de Son Rodó a la espera de que se les dé una nueva finalidad, tal y como se solicitó en dicha reunión.

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