El 1 de febrero el Consell aprobó el proyecto de ampliación de la planta de metanización de Son Reus con un presupuesto de 7,7 millones y la posterior ejecución de las obras por el concesionario Tirme.

Esta noticia ha sido muy bien acogida por el ayuntamiento y los vecinos de Maria de la Salut, ya que sigue adelante con el plan para desmantelar la planta de compostaje de Son Bacs (ubicada junto a la depuradora mancomunada con Sineu, Petra y Ariany) de forma definitiva, como prometió el presidente del Consell Miquel Ensenyat en mayo de 2016 en la localidad del Pla.

Aquel día, Ensenyat, visitó a los vecinos de Maria y de manera especial a los de la plataforma de afectados por los fuertes olores causados por la planta de compostaje, para explicarles la posible solución a este viejo problema. En el acto, celebrado en la escuela d’Alt, le acompañaron Sandra Espeja, consellera insular de Medio Ambiente, y Mercedes Garrido, consellera insular de Territorio e Infraestructuras. Contó también con la presencia del alcalde del pueblo, que en aquellas fechas era Toni Mulet, del PP.

“Me hubiera gustado poder anunciar el cierre inmediato de esta planta pero es totalmente imposible”, dijo en aquel entonces Ensenyat. Después añadió que la solución de este problema era compleja y que se debían dar los pasos necesarios para lograr el cierre. “Lo que no se puede hacer es llevar los lodos a otro lugar y pasar el problema a otro pueblo, la solución tiene que ser definitiva. Hace quince años que tenéis este conflicto y ahora os pido dos años más de paciencia para solventarlo”, dijo Ensenyat.

El presidente explicó que Tirme montaría una planta de metanización de residuos en Son Reus donde podrían tratarse todos estos barros. “El proyecto tiene un presupuesto de más de 6 millones de euros y la actuación durará unos dos años”, acabó diciendo. Las explicaciones y el compromiso del president calmaron los ánimos y no se produjeron salidas de tono entre el numeroso público que asistió a la reunión.

Polémica desde 1999

Esta planta de compostaje, que se construyó en 1999, siempre ha tenido al pueblo de Maria en contra. Sin embargo, estas protestas no consiguieron parar un proyecto que, a pesar de estar en el término municipal de Ariany, está mucho más cerca del núcleo urbano de Maria y los terrenos próximos son de propietarios ‘mariandos’.

Su ubicación sobre un acuífero, que en aquellos momentos abastecía de agua el municipio, fue una de las razones por las que los vecinos se opusieran desde el principio a su construcción.

De hecho, hay un acuerdo de pleno del mes de febrero del año 1999 en el que todos los grupos políticos se negaban a aceptar la construcción de esta planta, que contó con un presupuesto de 150 millones de las antiguas pesetas.

En agosto de 2006, un grupo de vecinos de Maria de la Salut recogió numerosas firmas para buscar una solución a este problema. La empresa Tirme prometió algunas actuaciones para paliar el problema de los desagradables olores, aunque estas obras nunca se llevaron a cabo.