Cada vez hay más oportunidades durante el año para disfrazarse, más celebraciones (importadas o no) para dejar fluir la imaginación e intentar ser por unas horas aquello que anhelamos, admiramos o simplemente nos despierta la curiosidad. Pero ninguna ocasión es más propicia que la de Carnaval en general y la del Dijous Llarder en particular, cuando un mar de ruetes inundan de vestimentas y colorido los colegios, calles y plazas de los municipios de la Part forana.

Ayer, evidentemente, no fue una excepción y fueron miles los niños que echaron a colar su imaginación en busca del personaje de moda, del héroe de toda la vida o del videojuego o dibujo animado preferido. Desde Cazafantasmas hasta Pedro y Pablo Picapiedra, pasando por astronautas, princesas, mejicanas, sesenteras, pistoleros o pilotos de fórmula uno.

La previa infantil a los carnavales que se desplegarán durante todo este fin de semana, triunfó en las aulas y fuera de ellas, y de paso 'arrastró' a un cada vez más numeroso público adulto, que ya no se dedica solamente a mirar sino que también participa de manera activa, al igual que la comunidad docente de las distintas escuelas de educación infantil y primaria.

El origen

Alegría y buen humor que cada vez son componentes más ligados a la simple celebración y más alejados de su componente religioso, previo a la abstinencia de cada viernes y antesala a la Semana Santa. El nombre Dijous Llarder proviene de llard o manteca, en contraposición a la prohibición de tomar carne que después entrará a formar parte de la fe cristiana en la Cuaresma.