La larga trayectoria del casal de la Vila Nova de Esporles, también conocido como Ca sa Tia Xiroia, como sede autogestionada por las entidades juveniles y sociales del municipio desde el año 1994, ha llegado a su fin esta misma semana. Las diversas entidades que han tenido su sede en este local durante todos estos años entregaron las llaves el pasado miércoles a las monjas de la Caridad, propietarias del inmueble y de la capilla anexa, que han manifestado su voluntad de ponerlo en el mercado inmobiliario por un precio de 250.000 euros, considerado totalmente desproporcionado por el Ayuntamiento y por las entidades afectadas.

El regidor de Cooperación y Fiestas del consistorio 'esporlerí', Joan Ferrà, habla directamente de "especulación inmobiliaria" al referirse a la intención de las religiosas de vender este inmueble tan querido por los jóvenes del pueblo. "Las monjas de la Caridad han puesto precio al local, un precio sin pies ni cabeza; dirán que es de su propiedad, pero es un local del pueblo, construido, mantenido y dinamizado por la gente del pueblo y solo es de las monjas por el sistema retrógrado de años atrás", apunta el regidor.

Convenio

Las monjas de la Caridad abandonaron Esporles hace aproximadamente una década y el convenio firmado con el Ayuntamiento en el año 1994 mediante el que se cedía su uso a las entidades juveniles del municipio "se iba prorrogando solo cada año", apunta Ferrà. Sin embargo, hace unos meses, el Consistorio se puso en contacto con la congregación de Palma para comunicar la necesidad de llevar a cabo una serie de reformas en el local, que está muy deteriorado. "Ni se acordaban de que tenían este local", explica el regidor. Fue entonces cuando decidieron ponerlo a la venta y no aceptaron otras opciones como un posible alquiler "justo".

El Ayuntamiento ha descartado totalmente la posibilidad de comprar el inmueble por el elevado precio que piden por él y porque "está en tan mal estado que se debería derribar el edificio para volverlo a construir". Además, las propias entidades y los vecinos de la zona se mostraron contrarios a una posible compra municipal. "Entenderíamos que las monjas quisieran el edificio para darle un uso religioso, pero solo buscan el beneficio económico sin valorar las actividades que se llevan a cabo en el casal desde hace años".

El casal de la Vila Nova dejará de esta forma de ser un local social destinado a la iniciativa juvenil. Durante estos años ha sido la sede del Esplai La Cadernera, el Casal de Joves de Tramuntana, la colla de dimonis Bocsifocs y de la Filigrana Radio, entre otras entidades y proyectos que "han hecho de Esporles un pueblo dinámico y participativo", según Ferrà.

Ahora, estas entidades seguirán sus actividades en otros locales que les cederá el Ayuntamiento, aunque deberán compartirlos con otras asociaciones que desarrollan actividades muy diferentes. "Hay locales alternativos para estas entidades, pero se pierde un espacio de referencia en el barrio donde muchos de nosotros prácticamente nos hemos criado y hemos crecido pensando cómo hacer un pueblo mejor", concluye el regidor 'esporlerí'.