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Sa Pobla

Aquellos juguetes de los Reyes de antaño

Con la llegada de las primeras cabalgatas de Reyes Magos en el año 1921 los personajes bíblicos adquirieron forma humana

Juguetes exhibidos en el museo de Palma, que recibió parte de la colección del de sa Pobla. m. m.

La llegada de los Reyes Magos de Oriente inevitablemente transporta a la niñez a aquellas personas pertenecientes a unas generaciones de las primeras décadas del pasado siglo XX. Unos niños y niñas que esperaban impacientes la llegada de los entonces invisibles Reyes que, durante la noche del día seis de enero, depositarían en sus ventanas aquellos ilusionantes juguetes que les habían pedido en sus cartas. Que se hicieran o no realidad sus sueños, todas sus peticiones, dependía del poder adquisitivo de sus padres.

Se trataba de juguetes tan simples o sencillos como un caballito de cartón para ellos o de una muñeca con cara de porcelana para ellas. De un camión de madera tirado por un cordel, o de una cocinita y sus utensilios. De una colección de doce soldaditos de plomo o un tren eléctrico que se deslizaba sobre una interminable vía sin estaciones. Juguetes que llenarían horas y más horas de un indescriptible placer a aquellos pequeños seres mientras durara su inocencia infantil. O hasta que alguien más mayor les descubriera la realidad con aquella popular cancioncilla: Els Reis han passat, són els pares d'amagat ("los Reyes han pasado, son los padres a escondidas").

Aquellos juguetes de antaño, afortunadamente, todavía hoy pueden transportar a su fascinante niñez a aquellas generaciones de los años cuarenta y cincuenta, gracias a la iniciativa de personas o entidades que los han coleccionado para ponerlos a disposición de la vista del público en general en sus respectivos museos. Museos del juguete que pueden visitarse en diversas ciudades españolas.

El museo de sa Pobla

El Museu de Can Planes de sa Pobla albergó en una de sus salas el Museu de la Joguina desde el año 1998 hasta el verano de 2012, cuando el ayuntamiento 'pobler' decidió rescindir el contrato con Toni Roig Clar, propietario de la mayoría de juguetes que se exponían. El Ayuntamiento pagaba a Roig la cantidad de 14.000 euros anuales, que posteriormente se redujeron a 10.000, hasta que las arcas municipales pudieron soportar aquella partida presupuestaria.

El museo mostraba una amplia colección de piezas, entre material escolar y objetos relacionados con la infancia, con una cronología que abarcaba desde finales del siglo XIX hasta los años 60, momento en que se generalizó el plástico como material básico para la construcción de juguetes. El fondo, como queda dicho, procedía del coleccionista Antoni Roig ( Toni Boig), además de constantes donaciones que lo enriquecían.

La mayoría de juguetes estaban situados en vitrinas agrupadas según el tipo de juego que ofrecían. Así, se podían contemplar juguetes tan diversos como una simple peonza, soldados en miniatura, juguetes de playa, triciclos, instrumentos musicales, juegos de bolas, muñecas, coches y cocinas en miniatura, juegos de mesa, máquinas proyectoras de cine como el zootrop, o casas de muñecas en miniatura que dejaban ver cómo eran las casas de la época, máscaras y un largo etcétera.

El Museu de la Joguina de sa Pobla acogía visitas interactivas y guiadas para los escolares, además de realizarse talleres relacionados con el tema en las aulas habilitadas en el mismo edificio, una casa señorial de finales del siglo XIX, que además albergaba el Museu d'Art Contemporani y el Museu de Sant Antoni i el Dimoni. Actualmente el Espai d'Art i Cultura de Can Planes está siendo objeto de un cambio de enfoque museístico, con el objeto de impulsar su actividad, bastante decaída estos últimos años.

Con la llegada de las cabalgatas en las distintas ciudades y pueblos de Mallorca -la primera desfiló en Palma aquellos Reyes Magos invisibles y solo presentes en la imaginación de los pequeños se tornaron en personajes humanos y cercanos a los niños y niñas que conformaron las generaciones de las últimas décadas del pasado siglo XX.

Aquellos primitivos juguetes de madera, hojalata o cartón, fueron arrinconados por los fabricados con más modernos materiales y dotados de nuevas tecnologías mecánicas, eléctricas y virtuales. Y los Reyes Magos, llegados del lejano Oriente la noche del 5 al 6 de Enero, todavía portadores de regalos e ilusiones, compiten ahora en su cometido de hacer realidad los sueños de los niños con el más tempranero Papá Noel, que se adelanta a entrar por las chimeneas o se encarama hacia los balcones la noche del 24 de diciembre. Así, los niños de ahora aventajan a sus antecesores -padres y abuelos- disfrutando de dos noches mágicas e ilusionantes.

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