Miquel Cloquell, de la finca de Can Parril, fue el ganador del certamen de ayer en el que se premia la mayor calabaza de la feria de Muro. El orgulloso ganador recogió su premio a mediodía, tras la exhibición del pesado de las cucurbitáceas concursantes en la plaza de la iglesia.

La calabaza ganadora dio el extraordinario peso de 364,4 kilos.

Cabe destacar que este año la calabaza ganadora es en realidad un híbrido de raza mallorquina con otras razas, algo que el año próximo no podrá repetirse pues habrá un cambio de reglamento. El alcalde, Martí Fornés, explicó que "la idea es proteger el producto autóctono, por ello contaremos con la ayuda de la conselleria de Medio Ambiente que nos asesorará en la confección de una nueva normativa".

La jornada fue realmente espectacular, con un sol que lució de forma extraordinaria y que animó a muchos murers y a visitantes de otros pueblos a acercarse a la plaza para ver la gran exposición de tenderetes, además del ya referido concurso de calabazas.

Artesanos y otros vendedores se agolparon en la plaza dels abeuradors y en los alrededores de la plaza Major.

Este año se pudo, además, degustar un producto derivado de la calabaza que tuvo mucha aceptación. Se trata de los buñuelos elaborados con pulpa de la cucurbitácea. Pudieron ser degustados de forma gratuita lo cual propició mucha cola.

Por otra parte, la organización de la feria abrió las calabazas que habían quedado en los primeros puestos para distribuir sus pepitas. Fueron muchos los aficionados que se acercaron para llevarse semillas e intentar emular la gesta de conseguir estas grandes calabazas en sus huertos o corrales.