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Es passeig

Los lamentos del campo tuercebotas de Son Ferrer

El último jugador que se lesionó clavó los tacos en el césped y sufrió una distensión de los ligamentos de la rodilla.

En el campo municipal de fútbol de Son Ferrer (Calvià), hay un protagonista temible. Y no es un defensa tuercebotas que antes de darte los buenos días sobre el terreno de juego ya te ha puesto un codo en la boca. Ni un árbitro dictatorial con afán de protagonismo. Ni unos ´hooligans´ con bengalas y tendencia a la bronca. En este campo, el protagonista más temible se encuentra mirando hacia abajo. Es el césped artificial que se colocó recientemente con un presupuesto de 170.000 euros. Desde que se puso el tapete verde, hace un año más o menos, se han producido cinco lesiones de futbolistas. La última, el mes pasado, tal y como confirman en el CF Sporting Son Ferrer. "Clavó los tacos y se dobló la rodilla. Suerte que el jugador que se lesionó tenía los cuadríceps muy fuertes y la cosa se quedó en una distensión. Si no, se hubiese roto los ligamentos", señala una de las personas que estaba observando el partido. El día que se estrenaba el césped, otro jugador sufrió por culpa del campo una torcedura de tobillo. Resultado: dos meses en el dique seco.

Al parecer, la base de caucho presenta unos pliegues que hace que la superficie no sea uniforme, lo que representa un peligro evidente para los futbolistas. Una de las soluciones, explican personas conocedoras del problema, pasaría por "descompactar" el caucho con unas máquinas y rastrillarlo para lograr una superficie más homogénea.

En el último pleno de rendición de cuentas, la regidora no adscrita, Isabel Manresa, dejó constancia del malestar que existe en el club. De momento, el campo tuercebotas sigue apareciendo como el jugador más temible de Son Ferrer.

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