Una de las fires con más solera de la isla, la de Llucmajor, con 471 ediciones a sus espaldas, inundó ayer de vida las calles de una localidad donde se multiplicaron exponencialmente visitantes, artesanos, ganaderos, expositores, gegants, xeremiers y demás protagonistas de una jornada lúdica que contó con el acompañamiento de la Banda de Música de Llucmajor, que este año celebra su 175 aniversario. La Darrera Fira de ayer significó el colofón de un programa que se inició a finales del pasado mes de septiembre.

En Miquel y na Càndida, los gegants pagesos que llevaron los Geganters de Llucmajor, y los xeremiers de Sa Marina fueron los encargados de inaugurar la muestra en el Passeig de Jaume III.

Uno de los principales puntos de encuentro se situó en la Plaça de Rufino Carpena y en el Carrer del Grup Escolar, que acogió una exposición de maquinaria agrícola y una muestra ganadera, donde se vieron halcones, cans de bestiar, cans eivissencs, cans de bou y cabras mallorquinas. A ello hay que unir la celebración de la vigésima edición del concurso morfológico de oveja de raza mallorquina roja.

Concurso de mascotas

La representación del mundo animal no acabó aquí. Hubo también un concurso de mascotas, en las que los premios se repartían entre categorías como el perro más pequeño, el más grande, el más simpático o, incluso, el más glamuroso. El mundo de las tablas escénicas se adueñó del final de la jornada de la Darrera Fira. El Claustre de Sant Bonaventura acogió la representación de la obra teatral Un tramvia anomenat desig.

Hoy, como es tradición, le toca el turno a Es Firó, que incluirá la entrega de premios del concurso de diseño de la portada del programa de las Fires de Llucmajor.