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Lletra menuda

Las atalayas de la desproporción

Cada vez resulta más complicado hallar en Mallorca algo que se ajuste a su proporción geográfica, sus recursos naturales y la conveniencia poblacional. No hay una gestión coordinada acorde con el medio y a la capacidad. No se distingue entre isla y continente, lo cual hace que las carreteras se vuelvan autopistas, los recursos hídricos desaladoras y la necesidad energética mar de placas solares o rascacielos de cableado.

Ha empezado la plantación de torres de alta tensión que se adentran en la Marina de Llucmajor. Cuarenta metros en reiteración centenaria que, casi literalmente, claman al cielo y sacuden la impotencia ciudadana de quienes, con sentido ecuánime de los usos energéticos, ven una desproporción en la nueva infraestructura y una falta de voluntad por aprovechar mejor los tendidos ya existentes.

Red Eléctrica ha sabido usar a conveniencia el cableado y las conexiones de sus intereses empresariales. Han anulado por exceso de vatios las reflexiones ecologistas, las quejas de propietarios de las fincas y hasta la estabilidad del paisaje que debería siluetearse en árboles en vez de metal elevado.

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