Por segundo año consecutivo, y tras un parón previo que duró 55 años, ayer más de un centenar de personas volvieron a subir hasta la ermita de Santa Llúcia de Manacor portando la Mare de Déu del Roser hasta la pequeña iglesia que lleva su nombre. Una jornada festiva que, pese a la amenaza de lluvia, contó con la presencia de 15 monturas acompañando el carro en que la imagen viajó del convento de los Dominicos hasta arriba, resguardada bajo un paraguas para evitar su deterioro.

Se trata de una pequeña talla hecha en madera en el siglo XV, que desde octubre de 1961 (si exceptuamos el año pasado) no había vuelto a subir por los problemas de seguridad y el abandono posterior de la ermita, que ahora la iniciativa de la Associació Cultural de Sant Domingo quiere intentar corregir.

"Por lo menos tratar que se vayan desarrollando distintas actividades durante todo el año", explica su presidente, Antoni Oliver, quien si bien ve complicado que el templo vuelva a abrir de forma regular a medio plazo, sí que cree que la iniciativa popular debería servir por la menos para su mantenimiento. Tras la misa de las 12, hubo comida de hermandad.