Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Lletra menuda

La emoción de las tareas pendientes

El inicio de la exhumación de la fosa de Montuïri ha seguido los mismos cánones de sus predecesoras de Sant Joan y Porreres. Conciencia de la transcendencia del momento, profesionalidad y delicadeza de los trabajadores y voluntarios, presencia de autoridades que quieren estar en todas las fotos y todos los méritos y, quizás lo más importante, emoción de familiares y allegados que se sienten aliviados al poder cumplir promesas contraídas con sus predecesores.

Ha pasado tanto tiempo que, en la mayoría de los casos, ya son las terceras generaciones quienes pueden consumar la necesidad sentimental y familiar de recuperar y honrar a sus muertos. Sin obviar el significado histórico y la denuncia de las atrocidades cometidas que comportan las exhumaciones, su valor humanitario es, con toda probabilidad, el más importante porque implica derechos básicos y demandas comprensibles.

En este proceso elemental de devolver los restos de los fusilados a sus allegados no caben controversias ni reproches. De él importa, antes que otras cosas, la reparación de la dignidad y en todo caso la disculpa por la tardanza acumulada. Quedan todavía muchas etapas por seguir del proceso iniciado en Sant Joan y después seguido con la ley del Govern en Porreres y ahora Montuïri.

Compartir el artículo

stats