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Memoria Histórica

Familiares de los cuatro 'campaners' asesinados confían en su localización

Máxima expectación ante el inminente inicio de los trabajos de apertura de la fosa por parte del reconocido Instituto Aranzadi - La presidenta Armengol y la consellera Tur, entre otros altos cargos políticos, tienen previsto asistir mañana al cementerio

La Memoria Histórica vivirá a partir de mañana, lunes, un nuevo capítulo de lo más revelador. Tras las exhumaciones de las fosas de Sant Joan (2014) y Porreres (en 2016 se llevó a cabo una primera fase), llega el turno de Montuïri. Familiares de los cuatro campaners asesinados y enterrados en el cementerio montuïrer confían en la pronta localización de los esqueletos para que puedan ser trasladados a su pueblo natal, Campos, y descansen "al fin" junto a sus allegados.

El también campaner Montserrat Alcaraz Vich (nacido en 1972), profesor e investigador, sacará próximamente a la luz el libro La Guerra Civil i la República a Campos (edición a cargo de Documenta Balear). Consultado por Diario de Mallorca detalló que el total de personas víctimas republicanas y de izquierdas (Unió Obrera, Esquerra, Partit Comunista, etc.) de Campos fueron catorce hombres. Doce de ellos fueron fusilados, mientras que uno se suicidó estando preso y otro falleció poco después de ser obligado a ingerir más de dos litros de aceite de ricino. No hubo ningún juicio serio.

Alcaraz considera que resulta necesaria una reivindicación del conjunto de víctimas, más aún si se tiene en cuenta que en los años cuarenta, en la inmediata postguera, el cuestionado Pare Antoni Mateu (ecónomo durante los años de la República) impulsó la publicación de un libro dedicado a los Caídos por la Patria. Además, en las últimas décadas ha habido otras obras como las referentes al Tercer Batalló y se beatificó a la monja asesinada María de los Ángeles Ginard Martí, cuyo padre era natural de Campos.

Centrándonos en los cuatro campaners enterrados en Montuïri, son: Miquel Mascaró Ballester, Paes, jornalero; Bartomeu Ballester Roig, Catoi, herrero; Joan Vidal Sansó, Apagafocs, chófer y Jaume Puig Puigserver, Bestard, Retat, payés y cantero.

En base a testimonios orales e historiadores, se barajan dos posibles ubicaciones de los cuerpos: en la zona del antiguo cementerio civil, conocido como el cementeri dels dissidents, donde hace unos diez años se instaló una fosa séptica y se hallaron restos humanos que podrían hacer pensar que se encuentran en este sitio, u otro lugar indicado por familiares directos de los fusilados y vecinos, exactamente muy cerca de la anterior área citada, donde hay unos jardines al lado de la cisterna.

Los trabajos serán realizados por miembros del Instituto Aranzadi, entidad que ya exhumó la primera fase de la fosa porrerenca, el pasado noviembre.

Familiares, historiadores y vecinos admiten que hay varias hipótesis para responder a la pregunta de por qué razón los cuatro fueron enterrados en el cementerio de Montuïri. Se cree que, partiendo de la prisión de las escoles velles de Campos, fueron conducidos al cementerio de Porreres, pero algunos miembros del pelotón les reconocieron y no quisieron participar en la ejecución y por ello luego se dirigieron al cementerio de Montuïri. Otra explicación, según Alcaraz, se refiere a que hubo una pugna entre dos falangistas, uno de Campos, empleado de banca, que ejercía en Montuïri y el otro, médico falangista de Montuïri. El primero habría querido hacer una demostración de fuerza, de poder.

También cabe recordar que los cuatro fueron relacionados con un conato de incendio de la iglesia parroquial de Sant Julià de Campos. Una tentativa nunca probada. De hecho, ellos y otros residentes dijeron que esto fue una descarada maniobra conspiratoria de los falangistas.

Alcaraz lamenta que, como en otros muchos casos de víctimas republicanas, las familias campaneres vieran como se les incautaban bienes materiales. La herrería de Can Catoi, de las más avanzadas de la comarca, perdió instalaciones y maquinaria. Por otra parte, a la madre de Joan Vidal se le hizo pagar una reparación de la moto de su hijo asesinado.

Tomeu Ballester Monserrat, hijo del asesinado Tomeu Ballester Roig, Catoi, expresa su emoción ante la inminente exhumación: "Hemos esperado tantos años este momento...". Y se manifiesta con claridad (curiosamente él ha estado ligado al Partido Popular): "No hay ningún interés en subvenciones ni revanchas. Que yo sepa los asesinos ya están muertos y no les perdonaré nunca lo que hicieron, aunque puedo ser amigo de hijos y nietos suyos, que no tienen nada que ver con lo que hicieron sus antepasados".

Un componente macabro a los ya de por si crueles fusilamientos alude a los comentarios-rumores de que estos cuatro campaners enterrados en el camposanto montuïrer fueron torturados, castrados e incluso les cortaron las orejas y quitaron los ojos.

En el completo libro que está a punto de publicar Alcaraz, no faltan los detalles sobre los cuatro hombres asesinados en Montuïri a finales de octubre de 1936. Mascaró perteneció a Unió Obrera y trabajó como jornalero. Del dinero que llevaba cuando lo mataron se cuenta que los asesinos fueron a cenar. Vidal conducía un camión en Can Forà, una agencia de transportes y mercaderías local. Era emprendedor, muy bien visto. Puig, payés y cantero, perteneció a Unió Obrera. Ballester, herrero y mecánico de una de las sagas más prestigiosas en el oficio en toda la comarca. Tenía un coche marca David, tocaba el violín con una orquestrina de jazz y tenía inquietudes políticas de izquierdas. Su padre también fue aprisionado y también asesinaron a uno de los empleados en la herrería, Miquel Moll Mas Capgros, el dirigente "esquerrà més significat de la vila". Un hermano, Benet, se entregó voluntario a la División Azul probablemente para salvar el pellejo de su padre y el propio.

Presencia de altos cargos

El Govern balear anuncia que el lunes por la mañana acudirán al cementerio de Montuïri, con motivo de la apertura de la fosa, la presidenta Francina Armengol; la consellera de Cultura, Participación y Deportes, Fanny Tur; el director general de Participación y Memoria Democrática, Manel Santana; el alcalde de Montuïri, Joan Verger, y miembros de la asociación Memòria de Mallorca.

En los últimos años, precisamente el camposanto montuïrer ha sido escenario de sentidos actos de recuerdo hacia las víctimas montuïreres y los cuatro campaners enterrados en la fosa común. El 30 de abril de este 2017 un centenar de personas asistieron al homenaje, concretamente ante el lledoner exterior y dentro del cementerio. No faltó la ofrenda floral en la lápida que recuerda a los republicanos asesinados.

De esta forma, después de Sant Joan y Porreres (queda pendiente una segunda fase), Montuïri toma protagonismo. Se da el caso que los tres municipios forman parte de la comarca del interior de la isla, la comarca del Pla. La expectación va en aumento.

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