Investigadores de la UIB estudiarán sobre el terreno cómo responden al cambio climático y a las restricciones de agua 250 variedades de tomateras de todo el mundo. El grupo de investigación en Biología de las Plantas en Condiciones Mediterráneas de la Universitat de les Illes Balears (Plantmed), dirigidos por el doctor Jeroni Galmés y la empresa Agroilla han sembrado 5.000 tomateras en una finca experimental de Ariany.

La siembra experimental se enmarca dentro del proyecto europeo Tomra, que tiene como objetivo mejorar la adaptación de las tomateras al estrés hídrico y de nutrientes, y maximizar la eficiencia en el uso del agua en el contexto del cambio climático. Además, el proyecto pretende poner en valor las variedades locales de tomate de toda Europa, entre las que se encuentra el tomate de ramillete.

Durante el transcurso del proyecto, los investigadores de la UIB y de Agroilla evaluarán si estos tomates pueden contribuir a crear nuevas variedades que requieran menos líquido y nutrientes, o tengan unas propiedades de calidad mejoradas.

Los 250 genotipos de tomate incluyen variedades locales de toda Europa, variedades comerciales, híbridos y especies silvestres. Estas tomateras tendrán una vigilancia intensiva de su estado fisiológico y agronómico, incluidas medidas a distancia con vuelos no tripulados con drones con el fin de comprobar su aspecto.

Triple problema del cultivo

El cultivo del tomate se está enfrentando durante los últimos años a un problema triple: a la bajada progresiva de agua por falta de lluvias; a la reducción de disponibilidad de fertilizantes por el incremento de la demanda y de los costes de estos productos; y, finalmente, a las limitaciones en la diversidad genética del tomate cultivado.

Dada esta situación, los investigadores del proyecto a nivel europeo, se han propuesto diseñar y testar nuevas combinaciones de genotipos de tomate y probar nuevas prácticas de gestión que reduzcan el impacto ambiental de la actividad agrícola. A partir de la muestra de más de 10.000 ejemplares, se llevará a cabo una criba para seleccionar aproximadamente 200 que muestren mayor tolerancia al estrés hídrico y de nutrientes en diferentes condiciones y, al mismo tiempo, mantengan la calidad del fruto y la tolerancia a plagas y enfermedades.

Un tomate 'a la seca'

Los investigadores de la UIB se encargarán no sólo de colaborar en la selección de germoplasma y su cribado, sino también de fijar su mirada en el tomate de ramillete, uno de los cultivos más representativos de Balears. A diferencia de otras variedades, este tomate presenta dos cualidades que hacen que tenga un gran interés desde el punto de vista agronómico. La primera tiene que ver con el proceso de maduración del fruto, que hace que se conserve de manera natural de un año a otro sin perder sus propiedades. La segunda es su mayor resistencia a la sequía, que permite su característico cultivo a la seca, aspecto que está fuertemente relacionado con la durabilidad del fruto.

Los investigadores del grupo Plantmed piensan que estas características del tomate de ramillete le convierten en una variedad de interés para conseguir otras nuevas que mejoren su resiliencia al estrés hídrico y de alimento.