Son Macià es un pueblo pequeño con sobrada identidad y dependencia administrativa de Manacor. Es un oasis de personalidad rural entre la presión comercial de la "metrópoli" y la turística de Calas de Mallorca. La escuela ha sido uno de sus referentes, del mismo modo que lo es quien le da nombre, Mestre Pere Garau.
Cuánto han luchado los macianers para defender su territorio y sus servicios básicos no ha tenido justa respuesta de la Administración, en muchos aspectos, incluido el escolar. Un pueblo también se identifica por su escuela y la de Son Macià se dejó caer y aminorar. Sus niños han sido nómadas en otros colegios y huéspedes de aulas prefabricadas. Ahora se inaugura el nuevo centro ampliado recogiendo ideas de los usuarios. La presidenta Armengol y el conseller March dicen que era un proyecto necesario. Los padres hace décadas que lo sabían. Y que lo padecían.
Son Macià se ha convertido también en el duro tránsito entre la escuela vieja y la nueva en reflejo confluyente de la situación docente en Mallorca: demanda creciente, buena voluntad y carencia permanente de infraestructuras que siempre llegan demasiado tarde.
