El alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo, aseguró ayer que presentará una demanda ante el juzgado para intentar anular el convenio por el que se pretende construir la depuradora de Can Picafort. El mandatario municipal se mostró visiblemente enfadado tras recibir “un plantón” de la conselleria de Medio Ambiente a la reunión de la comisión de seguimiento del convenio.

El alcalde asegura que "se ha convocado por tres veces. Siempre han puesto escusas para no asistir y esta vez les entregó la convocatoria, en mano, un agente de la Policía Local". Monjo explica que "el Govern tiene dos representantes en la comisión y el Ayuntamiento dos más. Nosotros decimos que se anule el proyecto y ellos que no, pero no pueden secuestrar nuestra voluntad, somos competentes en materia de aguas residuales".

Rechazo

El Govern asegura que continúa trabajando para que la depuradora de Can Picafort sea una realidad. La dirección general de Recursos Hídricos ha reiterado al Ayuntamiento su intención de continuar adelante con el convenio de colaboración entre ambas administraciones, que comporta que el Estado construya una nueva depuradora en el término municipal.

La Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental (Abaqua) considera inviable resolver el convenio, teniendo en cuenta la cantidad de administraciones involucradas, el tiempo invertido en la tramitación de la nueva instalación, la oportunidad de resolver un problema ambiental a corto plazo que afecta a diferentes poblaciones y el principio de lealtad institucional.

La conselleria de Medio Ambiente explica que ha enviado un escrito al Ayuntamiento en el que le recuerda que el convenio firmado en el 2005 entre Abaqua y el Ayuntamiento sustituyó a otro de 2001, del cual también formaba parte el Ayuntamiento de Muro, en el que se acordaba la construcción de una nueva depuradora porque la actual ya era insuficiente.

Desde 2001 la población de Can Picafort y la playa de Muro ha crecido de manera que actualmente, durante la temporada alta, la estación depuradora de aguas residuales que les da servicio recibe el doble del caudal para el cual está dimensionada. Este hecho tiene un impacto negativo sobre el medio ambiente, en concreto sobre la calidad de las aguas subterráneas y costeras de toda la zona, y también sobre el Parque Natural de s'Albufera de Mallorca. Se trata de un problema que afecta no sólo a los habitantes de Santa Margalida, sino también a todos los de la bahía de Alcúdia.