Las calles de Fornalutx fueron escenario ayer por la mañana del primer 'correbou' que se celebra tras la aprobación de la nueva Ley de Protección Animal por el Parlament balear. El festejo, que generó mucha expectación por la trascendencia política que ha tenido en el último año, se adaptó a los nuevos preceptos legales que obligaron a tener el animal atado a un cabestrillo por el cuello y su morro y no por sus cuernos como venía siendo tradicional. El toro estrenó también recorrido por las calles del pueblo pero una intensa tempestad transformó su pasacalle en más peligroso de lo habitual.

Los animalistas hicieron acto de presencia de forma testimonial y seis de sus miembros fueron identificados por agentes de la Guardia Civil, que previamente blindó los accesos al municipio colocando vehículos atravesados en las calles que dan acceso a la plaza del pueblo en cumplimiento de los requisitos antiterroristas. Los manifestantes desplegaron algunas pancartas con consignas en pro de la erradicación del festejo y al grito de "la tortura no es arte ni cultura", entre otros lemas.

La 'baixada del bou' se inició a las 8 de la mañana con la amenaza de lluvia ya asomándose sobre el valle. Lo hizo recuperando el recorrido original por las escalinatas que descienden hasta la plaza de Fornalutx desde lo más alto del casco urbano. El inicio del recorrido se fijó en Es Maiol desde donde partió un animal, de algo más de 500 kilos, ensogado a unas cuerdas dirigidas por miembros de la organización Col.lectiu del Bou.

Lo cierto es que hubo momentos en los que las diferencias entre un toro de lidia y el buey de raza mallorquina que ayer protagonizó el festejo fueron mínimas. En algunos momentos dejó entrever su bravura hasta el punto que fue difícil dominarlo por los voluntarios.

Intensa tormenta

Poco antes de su llegada a la plaza la lluvia hizo acto de presencia en forma de intensa tormenta, lo que hizo más peligroso su llegada al centro de Fornalutx, especialmente por lo resbaladizo del empedrado y por la aglomeración de personas por las estrechas calles del recorrido. Pese a los inconvenientes meteorológicos, el animal hizo su llegada triunfal en la plaza del pueblo donde decenas de personas lo estaban esperando al grito de " es bou, es bou, es bou!". Fue en este lugar donde la joven de 18 años Aïda Bisbal colocó una corona de laurel en la cabeza del astado entre aplausos y vítores de la gente. Pero la corona le duró poco tiempo en su cabeza debido a la intensísima lluvia que estaba cayendo y a los bruscos movimientos del animal que convirtieron el 'correbou' de ayer en uno de los más intensos que se recuerdan de los últimos años.

Tras el paseo pasado por agua, el animal regresó al cajón de donde se bajó 20 minutos antes para regresar de nuevo a la granja que explota la Associació de Criadors de Bestiar Boví de Raça Mallorquina. Durante la 'baixada del bou' se registraron algunos heridos leves fruto de caídas. Con la celebración de este festejo, el único de estas características que se celebra en Balears, Fornalutx dio el pistoletazo de salida a sus fiestas que hoy, festividad de la Natividad de María, celebra su día grande.

El 'correbou' de este año ha estado precedido por una intensa polémica política fruto de la tramitación de la nueva Ley de Bienestar Animal.