Eran las 21 horas en punto cuando los fuegos artificiales de rigor dieron inicio a la llamada procesión más típica de Mallorca que discurrió por Santa Margalida hasta pasadas las doce de la noche, en que finalizó con la trencadissa de gerres, de las que se habían repartido más de 2.500.

Tuvo una afluencia masiva de participantes pues se calcula que se superaron de largo los 1.800 payeses. Como es habitual se repartían en colles.

Los primeros que dieron señales del inicio de la procesión fueron los diablos que protagonizaron carreras desde la cuesta de la iglesia hasta la plaza de s´Olivera. Eran los prolegómenos de la procesión con que divertían al muchísimo público que se agolpaba en la plaza de la Vila y aledaños unos diablos que portaban sus gruesas estacas de pita (donarda, en catalán). Se trata del palo que crece en el centro de la pita y que aunque es espectacular pesa muy poco, motivo por el cual los diablos pueden llevar a cabo sus correrías sin cansarse demasiado.

La procesión fue muy seguida con alegría por los margalidans y miles de visitantes que se acercaron, para verla y para participar.

Las diez carrozas que recrean estampas de la santa desfilaron ante miles de entusiastas seguidores, destacando la espectacularidad de la denominada Flor de Mallorca, repleta de flores que se donan en la ofrenda del sábado.

Tras la decimoprimera, que es la de la Beatificación, aunque popularmente se la conoce como de la Casa Natal, llegó el momento de ver desfilar a la Beata d´enterra, que este año encarnaba la joven Margalida Ramis, acompañada por Maria Magdalena Rosselló, en el papel de Santa Catalina Mártir, y Margalida Molinas, en el papel de Santa Pràxedes.

Margalida Ramis estuvo muy seria en su papel y aguantó estoicamente la quebrada de cántaros que los diablos provocaban a sus pies.

Este año los prolegómenos de la fiesta se vieron salpicados de polémica pues el alcalde propuso al pleno cambiar el protocolo de invitados y que las invitaciones fueran personales. Cabe destacar que la presidenta Francina Armengol no asistió y delegó en el vicepresidente Gabriel Barceló.