Testimonios que hablaban de las supuestas irregularidades en la concesión de licencias para BCM fueron incluidos por el juez Manuel Penalva en el auto que envió a prisión al magnate de la noche Bartolomé Cursach, el pasado mes de febrero. Así, el auto incluía las conclusiones de un informe realizado por quien era jefa de servicio del área de Comercio de Calvià en 2016. Aseguró lo siguiente: "No debió concederse la licencia definitiva (...). No se cumplían las condiciones legales para otorgar la licencia definitiva de apertura". El informe solicitaba que se revisase de oficio la autorización, lo que hizo posteriormente el Ayuntamiento.

El juez Penalva incluyó en su auto el testimonio de otro alto cargo municipal cuestionando la legalidad de los permisos. Este funcionario relató que la macrodiscoteca abrió sus puertas con una licencia provisional, con la condición ineludible de que se subsanasen deficiencias en la instalación de unos aparatos de aire acondicionado (torres de refrigeración). A raíz de eso, esos aparatos se reubicaron, pero tampoco se ajustaron entonces a la legalidad, explicó el alto cargo. Este testigo mencionó cómo funcionarios de Calvià comentaban entre ellos que, "casualmente", a veces se omitían requerimientos para beneficiar supuestamente al empresario.