El Ayuntamiento de Inca blindó ayer el mercado semanal del Dijous ante posibles atentados como el que padeció Barcelona hace una semana.

Cabe recordar que hace casi dos meses se detuvo en Inca a dos activistas. Uno de ellos declaró ante el juez que pretendía llevar a cabo una matanza en la plaza de España de la capital del Raiguer.

El mercado semanal del Dijous es uno de los mayores de las isla junto con el de Sineu. Los responsables municipales han evaluado los riesgos que supondría un atentado y han aplicado medidas consistentes en barrar el paso a vehículos a las zonas más sensibles del mercado.

María José Fernández, concejal responsable del área de mercados del Ayuntamiento de Inca, manifestó ayer que "es una posibilidad remota. Inca no es un objetivo importante, ni supondría una gran repercusión, que es lo que buscan, pero nuestra conciencia no nos permite estar impasibles ante una mínima oportunidad de que pudiera suceder algo similar".

Por esa razón, el miércoles por la tarde la propia edil, junto a personal de la inspección de mercados y agentes de la Policía Local de Inca recorrieron todo el espacio urbano de la ciudad donde se desarrolla el mercado semanal observando dónde se debían colocar obstáculos para impedir el acceso de vehículos.

Para la colocación de dichas barreras se tuvo en cuenta las operaciones de entrada y salida de los mercaderes y se han adoptado varias soluciones.

En las calles peatonales que ya disponían de bolardos se han repasado, y reparado los que tuvieran desperfectos, y se ha articulado un sistema para que los que sean móviles se coloquen durante las horas de mercado y se retiren para la evacuación de la zona. Estas zonas son las de las calles Major, Pau, Rubí y Antoni Fluxà.

Fernández explica que "hay otras calles donde por su fácil acceso o longitud serían más susceptibles de padecer alguna agresión". Esas calles han sido cerradas con grandes jardineras de hierro forjado, muy difíciles de mover sin maquinaria. La más importante de estas actuaciones se llevó a cabo en la calle del Obispo Llompart, que comunica la estación ferroviaria con el Ayuntamiento.Camiones atravesados

Finalmente, para facilitar las tareas de carga y descarga de los mercaderes y el acceso de posibles vehículos de emergencias se ha llegado a un acuerdo con algunos vendedores del mercado. Así, en determinadas calles el cerramiento se llevó a cabo usando los propios camiones de transporte de los mercaderes, que se colocaron atravesados en la calle. Estos vehículos fueron identificados y autorizados por la Policía Local. Un vendedor se hace responsable de su movimiento y, además, nombra un sustituto por si tuviera que ausentarse momentáneamente.