La fisonomía de licorerías, supermercados y take away de Calvià experimentó ayer un cambio como consecuencia de la entrada en vigor de la prohibición de exhibir alcohol en terrazas y escaparates, en virtud de la nueva ordenanza municipal de estética exterior de los establecimientos. Muchos de estos negocios optaron por dejar sin ocupar de momento este espacio o bien colocaron otros productos.

La medida empezó a funcionar el mismo día en que el Ayuntamiento anunció también el cierre definitivo de seis locales de Magaluf que se dedicaban de forma encubierta a la prostitución, después de que la administración haya rechazado las alegaciones presentadas.

La clausura afecta al Bar Touch, el Bar Kandi, el Apple Pub, el Red Room, el Opps Party y el Jaggers. La medida municipal se toma tras una investigación realizada por la Policía Local, a raíz de quejas vecinales. Los agentes constataron que estos negocios no se adecuaban a la actividad que marcaban sus licencias de café-concierto.

"El acuerdo de paralización y clausura es inmediatamente ejecutivo por lo que si no se cumple se procederá a su ejecución forzosa, precintando las instalaciones", advirtió el Ayuntamiento, que, desde el inicio del verano, ha reiterado el mensaje de que no hay "marcha atrás" en el camino emprendido contra el turismo de excesos.

Un tono más escéptico empleaban a pie de calle algunos de los testimonios consultados por este diario, como el de Antonio Moreno, que lleva un supermercado en una plaza de Magaluf colindante con Punta Ballena.

"El turismo de borrachera no lo hemos creado las pequeñas tiendas. Nosotros nos debemos a los turistas que nos traen. Si nos trajeran familias con niños, pondría pañales", argumentó.

Voz escéptica

En la parte exterior de su establecimiento, no se veía ayer ni una gota de alcohol. "Hasta me han hecho retirar cuatro latas de cervezas que había junto a otros refrescos en una nevera que apenas se ve desde la calle", contaba, al tiempo que advertía de que el fenómeno de la prostitución callejera no ha remitido un ápice.

En los días previos, el Ayuntamiento ha repartido hojas informativas entre los negocios avisando de la entrada en vigor de la medida referente a la estética exterior de los establecimientos.

La disposición que afecta a la colocación de las botellas en el interior para que no se vean desde la calle entrará en vigor el 31 de diciembre.

En otro supermercado de la zona de Magaluf, Victoria Duarte, mientras señalaba un espacio vacío en la terraza, explicaba cómo antes ese hueco lo ocupaban cervezas expuestas.

"Mejor así, está más despejado", contaba Duarte, antes de agregar que no ve del todo mal esta medida. "De todas formas, quien quiere alcohol ya lo ve en el interior. Y, si entra en busca de alcohol, puede interesarse por otros productos que tengamos", afirmó.

Uno de los cambios más radicales lo han experimentado las licorerías.

La terraza de un negocio centrado en la venta de alcohol en el Paseo del Mar de Palmanova, presentaba ayer por la mañana un aspecto inusual, sin botellas en el exterior.

En su interior, explicaban que los turistas no se habían mostrado muy sorprendidos por tal circunstancia, y que los que sí habían preguntado habían sido los clientes locales.