La magia del Much tiñó ayer de rosa la localidad de Sineu. La juventud se divirtió con el exceso, de imaginación, de risa, de diversión y de ironía. Un exceso sano se adueña desde hace años cada día catorce de agosto de la localidad del Pla; un exceso, que como el de ayer desbrava a los jóvenes para que puedan afrontar la jornada de hoy, más tradicional con el sosiego que requiere el día de la fiesta mayor del pueblo.

La celebración del Much, no obstante, comenzó el domingo por la noche cuando, por primera vez en este evento, se iluminó de color de rosa el campanario de la parroquia de la Mare de Déu. Fue además un acto por sorpresa, pues solo unos pocos elegidos de la organización sabían de la novedad que se iba a introducir este año.

Afluencia

El Much volvió ayer a encandilar y lo hizo de forma masiva, con una afluencia de público multitudinaria, por no decir superior a la de las últimas ediciones, que hizo que todo el pueblo se tiñera de rosa, el color fetiche de la fiesta.

La ironía es la dueña de la jornada, y así el pueblo amaneció lleno de referencias irónicas a otras fiestas o polémicas de actualidad que adapta el Much de forma divertida. Así se vieron muchas pancartas aludiendo a fiestas de otros pueblos como Felanitx o Llubí diciendo a modo de sorna: "Sineu nos copia".

Romería

La jornada maratoniana de festejos empezó bien temprano. Sobre las nueve de la mañana arrancó la romería al Puig de Reig, con una simbología especial para los 'sineuers'. Avanzaron con carros engalanados para celebrar los típicos juegos que invocan al Much.

Dicta la leyenda que en el interior de una cueva del 'puig' hay un tesoro. Para encontrarlo, explica la tradición, no hay que recurrir ni a mapas ni a conjuros mágicos. Basta con dar tres vueltas seguidas sobre sí mismo, con aceite de oliva en la boca. En ese momento, cumplimentado el ritual, saldrá un toro de dentro de la cueva que conducirá al afortunado hasta el tesoro. Todo ello después de cantar los 'goigs' al Much.

Y, sí, ayer salió el Much, pero no vino acompañado de riquezas, sino de un gran sentimiento de euforia que invadió Sineu.

Tras el descenso de la cumbre la muchedumbre rosa se congregó en la plaza del Ayuntamiento, generando impresionantes escenas de masificación para presenciar el esperado pregón que este año pronunció un personaje de la saga televisiva Dragon Ball. Éste hizo escarnio y parodia de los problemas de alumbrado del pueblo, de la corrupción política, el turismo y de otros muchos temas de actualidad.

Luego, vino la hora de comer, que sirvió como intermedio para los platos fuerte de la tarde. Este año las mujeres hicieron piña y se juntaron a reponer fuerzas en torno a la Mucha en una nave industrial del polígono. La ´señora´ del Much logró reunir en esta primera ocasión a más de 200 compañeras que la arroparon. Todo ello preparándose para el ´Encuentro´, una de las fiestas parodiadas, copia de la tradición cristiana de Semana Santa, y el primero de los juegos florales de la tarde.

Juegos florales

Cabe destacar que los juegos florales de la tarde son los actos en que se concentra mayor número de gente, pues si por la mañana son los vecinos del pueblo los que mayoritariamente participan, por la tarde se les une una gran cantidad de forasteros llegados de todos los municipios de Mallorca.

El particular ´Encuentro´ entre el Much y la Mucha tuvo lugar en la plaza des Fossar, punto neurálgico de los festejos que se desarrollan por la tarde. Cabe destacar que en esta ocasión las mujeres lucieron una vestimenta especialmente confeccionada para la ´procesión´.

El jaleo

Entre los juegos florales destaca, por su aceptación, el jaleo copiado de la fiesta de Llubí, que ya de por sí es una copia del de Ciutadella y que consiste en recrear el jaleo de los caballos menorquines pero con ciclomotores antiguos.

La tarde estuvo impregnada de música, bebida y diversión. Cabe incidir en que esta fiesta, que comenzó con muchos aires groseros, pues su inicio no es más que el robo de la cabeza del ´dimoni´ de Vilafranca que se paseó por el pueblo antes de devolverlo, cobra en cada edición un gran número de adeptos locales. En un principio fue muy criticada por la gente mayor de Sineu pero hoy en día está resultando muy rentable para los establecimientos del pueblo y ya se ve con otros ojos.

Los restaurantes ofrecen platos adaptados a la temática, así se confeccionan menús ´rosa´. Por ejemplo, ayer se podía degustar paella ´rosa´ o ensalada de ese mismo color.