Una quincena de arqueólogos finalizan hoy las labores de excavación previstas para este año en los Closos de Can Gaià, situado en lo que ahora es el núcleo costero de Portocolom. Tres semanas de trabajo en las que los especialistas han explorado la primera capa de una de las nueve navetes encontradas en el recinto. "Se trata de un nivel de ocupación más tardío a la construcción de la naveta en la que hemos encontrado toda una serie de reformas estructurales en el interior de la vivienda", explica el arqueólogo y colaborador de ArqueoUIB, Joan Fornés, en una visita guiada de puertas abiertas.

Cambios en la manera de vivir

Retrocedemos en el tiempo más de dos mil años y nos situamos en el 800 a. C. Eran las últimas generaciones que estaban instaladas en las navetes, "Por lo que hemos podido observar y extraer con esta primera excavación, en esta última etapa hubo un cambio en los hábitos de vida de la población", apunta Fornés. Unas conclusiones a las que han llegado los arqueólogos a través de estos indicios.

En primer lugar, se han encontrado modificaciones en la estructura de esta 'casa'. "Estos cambios son la construcción de un muro que reduce el espacio de acceso al interior de la naveta" (desde lo que sería el porche actualmente hasta la entrada), detalla el especialista. También se observa la construcción de un segundo muro que separa en dos ámbitos la vivienda.

"Pasamos de tener un espacio homogéneo sin paredes a separarlo en habitaciones, tal y como conocemos las viviendas hoy en día", continúa el arqueólogo. "Todos estos cambios nos están indicando que hubo un cambio en los hábitos de vida y en la manera de entender el espacio doméstico. Por lo tanto, un cambio en la manera de pensar", concluye.

A cien metros, su compañero Llorenç Oliver, también arqueólogo y colaborador de ArqueoUIB, explica que en esta última etapa en las navetes, la población no vivía en familia sino que le daba prioridad a la comunidad. Se amplía el ratio y ahora la gente realiza actividades fuera de la vivienda. "Ahora socializan más con otros grupos y por ejemplo, limpian junto los animales antes de llevarlos a sus casas", comenta Oliver. De este modo, la vivienda se convierte en un lugar más íntimo (ya que ahora han construido una pared para que no se vea nada desde el exterior) y con menos actividad.

22 años de excavaciones

Con esta nueva excavación ya son 22 años consecutivos en los que el ayuntamiento de Felanitx financia este proyecto. Pero el trabajo no ha acabado aquí. Ahora, esta quincena de arqueólogos que han trabajado durante estas tres semanas estivales en los Closos de Can Gaià, deberán analizar todas las muestras extraídas durante el resto del año.

Quince personas que, voluntariamente, han trabajado en estos yacimientos. En el caso de Joan Fornés, arqueólogo pero administrativo de profesión, se ha tomado unas vacaciones para asistir a esta nueva campaña.

Los Closos de Can Gaià siguen ofreciendo una visión cada vez más clara de la prehistoria en la zona costera. A.R.

Para el año que viene, los arqueólogos prevén "acabar de excavar esta naveta e investigar qué pasó en una época anterior". Se trataría de un trabajo minucioso en el que los especialistas excavan más de un metro y después lo vuelven a colocar todo. "A ver con qué nos encontramos", concluye Joan Fornés.