Nacido en Son Bats, municipio de Petra en 1907, hijo de Tomeu y Aina, Josep Mascaró fue el quinto de seis hermanos y padre de cuatro hijos y dos hijas (33 nietos y 30 bisnietos). "No me quejo de la vida, tengo salud y puedo valerme por mí mismo, voy en bicicleta y hago gimnasia dos veces a la semana", decía en mayo de 2009 cuando cumplió 102.

Conocido en todo el pueblo, su fama más allá de Mallorca le llegó en 2008, cuando ya tenía 101 años, cuando la empresa más famosa del mundo, a través de la productora audiovisual McCann España, dio con él entre una serie de opciones. Buscaban a alguien centenario, lúcido y vital, tal y como después reflejaría el anuncio, de un abuelo que viaja para conocer a Aitana, una recién nacida a quien aconseja sobre la importancia de los momentos y la felicidad que aporta la vida.

El comercial de emitió desde febrero hasta finales de marzo de 2009, en tres versiones, de 90, 45 y 30 segundos. A través de internet, la campaña llegó a otros países como Italia, México y Portugal, y hasta tuvo su propia página web ( www.destapalafelicidad.es), en la que los consumidores podían dejar sus mensajes de optimismo a niños que acababan de nacer, o preguntar al abuelo sobre su experiencia de vida.

Pero el abuelo de la Coca-cola, pasada la fama, siguió siendo el mismo... para qué cambiar. "Mi padre es payés y lo que más le gusta es ir a cultivar el campo y sembrar habas. Y hacer ejercicio, monta en bici, va a gimnasia y a todos los funerales", decía entonces su hijo Pep Mascaró.