Vecinos de los dos detenidos en Inca , acusados de integrar una célula de la organización terrorista Dáesh, se mostraban esta mañana muy sorprendidos ante la situación. En ambos casos se trata de padres de familia cuyos vecinos consideraban personas de trato distante pero cordial.

Uno de los detenidos, vecino de la calle Binamar, llevaba habitando 9 años al menos en el barrio. Miguel, que regenta el bar Columbia, situado a sólo dos portales, le define como "el típico padre de familia marroquí: reservado, discreto y educado". Según el encargado del bar: "Solía saludar al cruzarse conmigo pero poca cosa más, jamás entró en el bar a pesar de vivir a solo cinco metros de mi puerta".

El encargado del establecimiento público apunta que "seguramente llevaba mucho tiempo vigilado porque esta mañana cuando aún no se lo habían llevado han entrado varios policías a tomar café y sus caras me resultaban familiares, he creído reconocer en ellos a clientes ocasionales de los últimos meses".

El encargado del bar vecino afirma que el detenido es un hombre "discreto y educado". P. Córcoles

El presunto terrorista detenido, era padre de cuatro hijos y vivía en el número 22 de la mencionada calle con ellos y su esposa. Una vecina de dicha familia apunta que "nunca han causado problemas excepto los típicos del ruido que pueden ocasionar cuatro niños".

Por lo que se refiera al otro presunto yihadista detenido, también tenía familia y vivían en la calle mare de Déu de l'Esperança. Uno de sus vecinos dice que "se le veía una persona bastante inmersa en su cultura pues llevaba larga y poblada barba y solía vestir al estilo musulmán". El mismo vecino apunta que "no se trataba con los vecinos más allá del saludo en la escalera. Sin embargo, en cierta ocasión me ayudó a subir unos bultos cuando vio que iba cargado como hubiera hecho cualquier otro vecino".

La operación para la captura de este presunto terrorista comenzó a las 2,30 de la mañana. Al tratarse de una finca de pisos la presencia policía causó la alarma y muchos vecinos salieron al rellano siendo conminados a volver a sus casas por los agentes de la Policía. El registro duró hasta las 8,16 de la mañana en que los efectivos evacuaron al detenido llevándose documentos, según apreciaron algunos vecinos.