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Historia

Los recuerdos de sa Fortalesa de sa Pobla

Junto a la carretera de Pollença se inauguró el primer campo de fútbol de sa Pobla, el del Ràpid

Un hombre sentado en los primitivos acomodos del campo de sa Fortalesa en una imagen tomada a principios de los años 60.

Es innegable que el deporte y los practicantes o promotores, los clubes y sus dirigentes, forman parte integrante de la historia de un pueblo, al igual que sus tradiciones, cultura, o sus personajes más sobresalientes. Igualmente, tienen su propia historia los espacios e instalaciones que han acogido los acontecimientos deportivos de cada población.

En sa Pobla, uno de los espacios que fuera escenario de importantes acontecimientos deportivos o actividades y, por supuesto fútbol, fue el campo de sa Fortalesa.

Ubicado al comienzo de la carretera de Pollença, al final de las calles Fadrins y Rosari, el campo de sa Fortaleza fue inaugurado extraoficialmente el mes de octubre de 1923, con la disputa de un partido de fútbol entre el equipo local, Ràpid Sport Club y el Juventud Sallista, de Inca, cuando el campo era tan solo un rectángulo de juego de las medidas más o menos reglamentarias y las correspondientes porterías. Naturalmente, el campo carecía de vallado, y de gradas sobre las que pudieran sentarse los espectadores. Ni tan siquiera disponía de vestuarios donde cambiarse y ducharse.

El año 1924, el recinto deportivo se cerró con una pared de mares y una vez terminadas las obras fue inaugurado oficialmente el día de Pascua de 1924, en un acto solemne. Apadrinaron el campo la joven Fani Bonnín, hija del fundador del club Ràpid, Jaime Bonnín, y el joven Bartolomé Torres.

Como acto deportivo inaugural disputaron un partido de fútbol el Ràpid, como anfitrión, y el Manacor, que se adjudicó el trofeo.

Crónicas

Las escasas crónicas aparecidas durante aquella primera etapa de diez años, hablan de los eventos deportivos, además del fútbol, celebrados en el también llamado campo del Ràpid, refiriéndose a atletismo o carreras ciclistas.

Con la desaparición del Ràpid Sport Club, el año 1933, el campo de sa Fortalesa se cerró a toda actividad, sus terrenos fueron labrados y sembrados de habas y así permaneció hasta el año 1936, pocos meses después de que fuera fundada la Unión Sportiva Poblense, en octubre de 1935.

Su directiva volvió ha hacerse cargo de sa Fortalesa, situada en la finca denominada Hort de can Reus, mediante contrato de arrendamiento formalizado en marzo de 1936, con Antonio Palau Pons, propietario.

Pocos meses después de la firma del referido contrato de arrendamiento, comenzaron las obras de acondicionamiento. Aquellas nuevas instalaciones, que tuvieron un coste total de 8.166 pesetas, fueron sufragadas mediante la emisión de unas obligaciones por valor de dos mil pesetas. se inauguró el día 29 de junio de 1937, con la celebración de un partido de fútbol entre el Poblense y el CD Infantería, integrado por una potente selección militar.

Desde aquella inauguración y siempre conservando su primitivo emplazamiento, el terreno de juego de sa Fortalesa y su recinto fueron siendo objeto de continuas mejoras de acondicionamiento para adaptarlo, aún que modestamente, a las necesidades que demandaban la pujanza del club.

Obras

Así el año 1947 finalizaron las obras del túnel de acceso al terreno de juego, desde los vestuarios. Entre los años 1951 y 1952, fue ampliada la que más tarde sería la tribuna principal, levantada con los materiales sobrantes de las obras de asfaltado de las calles de la población llevadas a cabo por el Ayuntamiento. Los trabajos de acondicionamiento lo realizaban los propios directivos y socios después de finalizar su jornada laboral.

Muchos vecinos recuerdan, todavía hoy, con nostalgia, como en sa Fortalesa, medio siglo atrás, el fútbol se vivía con auténtica y a veces desmesurada pasión, tanto en el terreno de juego como en las gradas.

El último partido de fútbol oficial disputado en el campo de sa Fortalesa fue el que enfrentaba, en competición de liga de Tercera División Nacional, al Poblense y Nàstic de Tarragona, la tarde del día 16 de enero de 1977, víspera de Sant Antoni. Un encuentro que se saldó con el resultado de empate a cero goles. Al día siguiente era inaugurado oficialmente el flamante y espectacular estadio del Polideportivo Municipal.

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