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Entrevista

Josep Cerdà Rebassa: "Los chinos acabarán con muchos oficios tradicionales"

El profesional explica que las escobas de palmito y caña mallorquines son de excelente calidad

´Mestre´ Pep Cerdà muestra una de sus escobas tradicionales su puesto de venta de una feria . Pep Córcoles

El taller de 'mestre' Pep Cerdà se encuentra en la calle Pont Romà, junto a dicho elemento histórico 'pollencí', no se puede buscar más tipismo. Allí ha trabajado gran parte de su vida y allí nos recibe entre restos de cordeles, cañas, palmito y herramientas que usa en su trabajo.

-¿Cómo empezó usted a hacer escobas?

-Mi padre ya las fabricaba. Trabajaba en un taller. Yo nací casi entre escobas y mi cuna, literalmente y no es metáfora, fue una mata de palmito. Mi madre salía al campo a recoger palmito y yo era un bebé. Me llevaba envuelto en una manta y me colocaba a la sombra, en mitad de una mata, mientras ella y otras mujeres trabajaban.

-¿Se dedicaba mucha gente a fabricar escobas en esos tiempos?

-En tiempos de mi padre había en Pollença unos quince talleres de escoberos. Yo todavía he podido ver en pleno funcionamiento a un total de seis talleres que contaban con ocho o diez operarios cada uno.

-¿Cómo fue que puso su propio taller?

-Cuando acabó la Guerra Civil, mi padre decidió ponerse por su cuenta. El aprendió el oficio de sus mayores pero trabajando para otros empresarios. Pensó que ganaría un poco más como patrono ya que entonces se fabricaban muchas. En aquellos años se cargaba un camión de escobas cada semana. Cuando yo nací ya llevaba diez años como fabricante.

-¿Cómo hacían las escobas?

-Igual que ahora. Es un proceso artesanal que no ha variado. Se debe usar una caña, cortada de luna vieja y en la época adecuada, y palmito recogido en su época y de luna nueva. El mejor palmito es el del centro de la mata. Se tiene que mojar y colgar; y darle azufre, eso las ablanda y las pone blancas."Una buena escoba debe constar de una caña cortada de luna vieja y palmito cortado en luna nueva"

-¿Es mejor una escoba tradicional que una moderna?

-Por supuesto, va mejor para hacer los rincones, quitar telarañas, y para suelos duros. Los cepillos de plástico no son lo mismo.

-¿Cuándo empezó usted a fabricarlas?

-Empecé a los doce años ayudando a mi padre. Yo he pasado mi vida dentro del taller excepto los últimos años en que tuve que salir fuera a vender, a los mercados y ferias. Yo he tenido que aprender cuatro oficios

-¿Es que no daba dinero suficiente la fabricación de escobas?

-Ha ido muy a menos. Los procesos industriales se han cargado el modelo artesanal. Cuando bajó tanto la venta empecé a fabricar salabres. Yo hice incluso las máquinas con las que los confeccionábamos. En un año llegué a fabricar 60.000; gracias a ello pude seguir fabricando escobas, pero los chinos nos han matado el negocio.

-¿Cómo es eso?

-Pues que cuando tenía en marcha la fabricación de salabres algún mayorista consiguió el artículo en China, a precios imposibles para nosotros. Se trajo un contenedor y hundió el mercado. Nosotros teníamos que cortar la caña en la Albufera de Muro, hacer el aro de alambre con un molde, cortar la tela y coserla; y eso los chinos lo hacían, y lo hacen, por supuesto que con mucha menor calidad, a un precio ridículo porque los operarios allí trabajan por una miseria y sin las coberturas y derechos que tenemos que dar aquí. Comenzaron a venderlos a 40 céntimos y llegaron a ofrecerlos a las tiendas a 20 céntimos. Nosotros no podemos competir. Si el Estado no empieza a poner fuertes aranceles a estos países que usan mano de obra casi esclava, como suena, se cargarán nuestra industria."Si no ponen duros aranceles a los países que usan mano de obra casi esclava no podremos seguir"

-¿Y que otro oficio ha tenido que aprender?

-Pues cuando falló la producción de salabres me puse, junto con mi hijo, a hacer cestas. Seguimos más o menos en el mismo ramo y además tuve que aprender el oficio de mercader para ir a las ferias a venderlas.

-Y ahora que se ha jubilado ¿Cómo se debe hacer para seguir adelante con un sueño como el suyo?

-Quien se quiera dedicar al trabajo manual, a la artesanía, debe saber que se va a encontrar con muchas dificultades, se ha de ser muy constante. Trendrá que ser muy cabezón; 'molt caperrut'.

-Recientemente se le tributó un homenaje ¿Qué sintió?

-Mucha alegría, lo cierto es que cuando me cedieron la palabra casi no pude ni hablar, sólo dar las gracias. Lo más importante para mí del homenaje, sin embargo, es que me lo hicieron otros artesanos; la gente que pasa las mismas penalidades y alegrías que yo para seguir adelante con nuestra tradición y modo de vida sencillo.

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