El próximo 31 de agosto expirará el contrato de alquiler del Casal d'Entitats, también llamado Casal de la Vila, en plena calle principal que atraviesa el pueblo de Vilafranca. El Ayuntamiento, dirigido por el alcalde Montserrat Rosselló (Partit per al Poble), no tiene previsto renovar el contrato con la propiedad del inmueble.

Esta decisión ha causado división de opiniones. En el digital marsoc.cat, también con Facebook propio, puede leerse el editorial crítico Adéu, Casal, que explica el significado de este local para los vecinos (unos 15 años de actividad), constituyendo un espacio "céntrico y de referencia", escenario de conferencias, conciertos, fiestas, cenas, catas, etc.

En contraste, el alcalde está convencido de que "lo mejor es no alquilar por más tiempo lo que fue el bar can Gorrió, es un local viejo, con sistema eléctrico deficiente, hay riesgos para la integridad física y peligro al estar pegado a la carretera, no es seguro".

El consistorio ya ha propuesto a las Mestresses de Casa desplazarse a la residencia, y a los Aires Vilafranquins, al pabellón de la escuela es Cremat. Además destaca la disposición de otros sitios como la parte superior de la escoleta o el Escorxador. La asociación de mayores afectada "plantea el traslado a Ca na Caia -antiguo bar y gimnasio- y el Consell les garantiza ayuda para el alquiler y la corriente, si bien el primer año avanzaría dinero el consistorio". Por último, Rosselló apunta que si el alquiler del casal costaba más de 700 euros mensuales, con él al mando del consistorio, unos 400.